Pedro Narváez

De buen rollo

La Razón
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A las bestias a poco que escampe y salen de las madrigueras se les iluminan los dientes. El buen rollo de Podemos en ese festival de reggae de Benicassim en el que las rastas se han convertido en espinas ha mutado en discurso totalitario. Compromís se separa pasito a pasito para salir del encuadre de una foto perversa en vista del escándalo por dejar fuera del cartel a un cantante judío. En su pecado llevan la penitencia. Que el festival haya rectificado no elimina la semilla del mal, aunque lo intenta. Pero Podemos mantiene que si el músico no se pronuncia sobre la cuestión palestina es digno de arder en la hoguera del olvido. Los populistas de nuevo sin careta transversal, con el rostro radical de los inquisidores. Pablo Iglesias, en aquel intento de visita a Gaza, que quedó al final en un álbum de fotos como las que se hace Angelina Jolie, ya apoyó a la organización BDS, que ha promovido el boicot a Matisyahu, y que pide que no consumamos nada que llegue de aquel país demoniaco. De buen rollo. No para que sufriera el pueblo, dijo. Como si pudieran separarse. Como si el pueblo, o la gente como él coloquia, fuera un ente extraño al territorio. En Cuba, claro, el embargo era un crimen. Los colegas de los socialistas aspiran a que el PSOE les sirva de ariete para conquistar el fortín de La Moncloa. Y éstas son sus credenciales más sonoras. Que el mundo señale a España por antisemita y tener el privilegio de llamar Alexis al fracasado de Tsipras. Habría que ver ese consejo de ministros pasándose el porro de la intolerancia.