Irene Villa

Dedicado a los demás

Hoy más que nunca necesitamos referentes de lo que España siempre ha podido presumir: solidaridad y generosidad. Y claro que los tenemos. El problema es que siempre hace más ruido un árbol al caer que toda una selva creciendo. Y más cuando, haciendo cuentas, cualquiera puede sacar una escalofriante y execrable conclusión: el dinero defraudado en los casos de corrupción equivale a todos los recortes de 2012. El caso es que todos los asuntos de corrupción que se suman a la larga lista de irregularidades y casos con muchísimos implicados como el de los ERE fraudulentos o la mayor operación contra el blanqueo de dinero conocida en Europa, que tuvo lugar en Marbella, donde se desarticuló una red de inversiones millonarias, hasta los miles de millones evadidos por una sola familia, a la que hasta hace muy poco se tenía en estima o al menos en consideración. Pero, como digo, vamos a fijarnos en los buenos, que sigo pensando que son mayoría, pero no hacen ruido. En quienes trabajan, ayudan, cooperan, se comprometen... Esta semana por ejemplo ha sido homenajeado nuestro querido Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz. Y es que, además de ser un grandísimo referente de todo esto que tanto precisamos en estos momentos, ha recibido la Medalla de Oro de Asturias, concedida por el Gobierno de la comunidad autónoma, y la Medalla al Mérito en el Trabajo, concedida por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Y es que hoy más que nunca necesitamos dar visibilidad a los que llevan «toda una vida dedicada a los demás».