Carmen Enríquez

El reto de Felipe VI

La Razón
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Es el desafío más importante al que se enfrenta el Monarca desde que fue proclamado jefe de Estado hace dos años. Un reto que debe afrontar con la mayor firmeza y, al mismo tiempo, con grandes dosis de prudencia para dejar claro, por una parte, que hay que encontrar la clave de acceso al desbloqueo de la situación política y, por otra, hacerlo sin traspasar la raya que marca la Constitución a su tarea como primera autoridad del país. No es fácil, más bien es tremendamente complicado dar esa imprescindible lección de autoridad moral a los dirigentes políticos que andan pasándose la responsabilidad los unos a los otros del estancamiento institucional en el que se ha instalado la vida pública. Don Felipe, como la gran mayoría de los ciudadanos de este país, se siente muy preocupado por el parón en el que se ha instalado la vida política española y así lo transmitió ayer a los representantes a los que recibió en el Palacio de la Zarzuela. Y en su fuero interno, debe estar pensando que suya es la obligación de convencer a los líderes de las fuerzas con escaños en el Congreso de los Diputados de que hay que salir ya del «impasse «en el que estamos instalados debido, según piensa todo el mundo, a la falta de madurez y voluntad de los políticos por llegar a acuerdos.

La ronda de consultas que inició ayer el Rey con los representantes de los partidos va a ser la ocasión de que Felipe VI muestre toda su capacidad de convicción ante unos hombres y mujeres que parecen, por el momento, incapaces de pactar para poder establecer un gobierno que tome decisiones de consenso sobre los asuntos pendientes desde el pasado mes de diciembre. Y de poner a legislar a una Cámara, que es su obligación. Si no lo consigue el Rey, es dudoso que se rompa el bloqueo.