Bruselas

Endorfinas

La Razón
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Victoria Gameeva, doctora del Spartak de Moscú, ideó un plan para que sus jugadores cruzaran la frontera hacia los octavos de Champions, empresa mucho más complicada que la evasión de Puigdemont a Bruselas. Pero había que intentarlo. Imprescindible, ganar en Liverpool y que perdiera el Sevilla en Maribor. Procedió con el experimento, que consistía en mantener a los artistas, durante las 48 horas previas al encuentro, en ayuno y abstinencia sexual para obtener óptimos resultados. «Desde un punto de vista médico, el sexo estimula la capacidad de trabajar sólo en mujeres. Pero funciona de otra forma para los hombres. Deben evitar las relaciones sexuales dos o tres días antes del partido», argumentaba.

Dicho y hecho. Recordó a los futbolistas lo que había en juego y les exigió cumplir escrupulosamente el plan. A las 20:45, hora española, del 6 de diciembre, el árbitro polaco Marciniak señaló el comienzo del partido en Anfield. En el minuto 4 marcó Coutinho el 1-0 y en el 15, el 2-0. Al final, con las endorfinas rusas cautivas y desactivadas, el Liverpool ganó 7-0. ¿La goleada destripa la teoría Gameeva? Desde luego, no la favorece.

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre un hecho tan particular como el de la práctica sexual de los deportistas en plena competición. El contrapunto es Mario Cipollini. El célebre esprinter italiano, también conocido como «El Rey León», alardeaba de su potencial en estos términos: «Antes de una etapa hago el amor, luego me como una onza de chocolate y estoy como nuevo». Consiguió más de 180 triunfos en sus 17 años de carrera profesional.

El secreto de Cristiano Ronaldo para sumar cinco «Balones de Oro» no elucubra sobre sus hábitos sexuales; pero subraya la disciplina: mucho ejercicio, nada de excesos. Padre de familia numerosa, le chifla batir récords y disfruta con los haigas. Sexo o no sexo, ¿ésa es la cuestión?