Rosetta Forner

Energías tóxicas

La Razón
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Hace tiempo que comer carne tiene «mala prensa». Aquellos con vocación espiritual, fueron los primeros en dejar de consumirla por el tema de las toxinas a nivel físico y espiritual. Son muchos los nutricionistas que insisten en que comer carne «no es espiritual» pues nos conecta con las bajas energías del ser humano, volviéndonos agresivos, zafios, burdos, tontos... ¿Verdad o mentira? Para la medicina alternativa la carne y el cáncer son una mala combinación. Obviamente, hay teorías para todos los gustos. No siempre fue malo comer carne. Por razones de salud física y/o espiritual muchos se han hecho vegetarianos. No es de extrañar después del tema de las «vacas locas» –se descubrió que daban pienso animal a unos ídem vegetarianos ¡Una verdadera burrada!–. El ser humano –algunos-, cuando se trata de dinero son capaces de cualquier cosa. No es lo mismo comer animales criados con buena energía y buenos alimentos que aquellos alimentados de cualquier manera mientras están enjaulados pues acabamos por ingerir todo su sufrimiento. La energía es real, impregna lo que comemos, al igual que lo hacen los pensamientos. Ergo, cuidado con lo que comemos a nivel mental. Hace unos meses leí el libro de una superviviente de cáncer. La autora contaba que se hizo vegana estricta, probó la medicina china, la ayurvédica... pero nada le funcionó. Sencillamente porque todo lo que comía lo envolvía en miedo. Ahora que está curada, come de todo, eso sí, envolviéndolo en amor. Comemos miedo simbólicamente, y enfermamos. La mente es muy poderosa: si optamos por creer que comer carne enferma, así será (profecía autocumplida). Es deber de los gobiernos del mundo procurar que lo que comemos no sea «m....». Mientras que comer o no carne es una elección personal. Eso sí, mejor guisemos con amor y olvidémonos del miedo a vivir.