Luis Alejandre

Entre Uganda y Somalia

También podría decir entre Kampala, Bihanga y Mogadiscio. Por allí, en fase de traslado, tenemos a soldados españoles veraneando. Porque a la acción de nuestro Ejército del Aire a partir de su base de Djibuti y de la Armada en aguas del corredor estratégico de Aden contra la piratería, se une tierra adentro el trabajo callado, discreto y sacrificado de efectivos de nuestro Ejército. Forman parte de un generoso proyecto de la Unión Europea que pretende dar a Somalia capacidades militares para defender su propio territorio. Es decir contribuir a la formación y construcción de un Ejército somalí como factor de cohesión nacional, con capacidad para hacer sentir la acción del Estado en su lucha contra grupos terroristas y la erradicación de las bases terrestres de la piratería en la zona.

España participa de esta misión europea, EUTM-SOMALIA, hoy integrada por 13 estados miembros más Serbia, desde abril de 2010, cuando se decidió acometer un plan de formación del nuevo Ejército somalí, pero por extraño que parezca, no en su territorio, sino en la vecina Uganda. Allá llegó el coronel español Ricardo González Elul, coordinando la acción de 138 instructores, 38 de ellos nuestros. La misión integra hoy positivamente los esfuerzos de la Unión Africana, de las NNUU y de los EEUU con la finalidad de promover la paz y el desarrollo en Somalia de manera paralela a la «Operación Atalanta» de lucha contra la piratería. Buena capacidad de integración de nuestra Unión Europa en este campo.

Kampala, la capital ugandesa donde se estableció el cuartel general de la operación, cuenta con algo menos de millón y medio de habitantes, está situada a 1.200 metros de altitud sobre el nivel del mar y goza de un clima templado a pesar de su cercanía al Ecuador. Su puerto –Port Bell– está sobre el lago Victoria a 10 kms y su aeropuerto –Entebbe– fue testigo en julio de 1976 de la operación de rescate de 248 rehenes de un vuelo de Air France secuestrado por terroristas palestinos. La brillante operación desarrollada por el Ejército de Israel se saldó con la muerte de todos los secuestradores más la de cuatro rehenes, tres durante el propio asalto, un cuarto asesinado en un hospital. También perdió Israel a unos de los comandantes de la operación, el teniente coronel Jonathan Netanyahu –hermano mayor de Benjamín– que murió al frente de sus tropas.

La instrucción del Ejército somalí se ha desarrollado en un campamento situado en Bihanga, al oeste de Uganda, una zona situada a 2.000 metros de altitud al sur del lago Mutanda. Por belleza de paisaje no se quejan nuestros instructores. Desde febrero de este año la misión se ha trasladado a territorio somalí, inicialmente al propio aeropuerto de Mogadiscio, considerado como zona segura para instalarse progresivamente en tres centros de adiestramiento –Jazeera 1, 2 y 3– ubicados en las afueras de la capital. Se pretende en esta próxima fase asesorar a las autoridades somalíes del sector de la defensa en los niveles estratégico –asesoramiento a nivel político–, operacional –asesoramiento para el desarrollo del sector de seguridad y de la capacidad de adiestramiento– sin descuidar el nivel táctico con el adiestramiento del personal de sus Fuerzas Armadas. Mucho por hacer.

El pasado 22 de julio en Bruselas los ministros de Asuntos Exteriores de la UE marcaban las directrices de evolución de la ayuda y las nuevas fases a acometer cuyo objetivo final debe materializarse con la convocatoria de elecciones libres en 2016. Es decir, que a los instructores que ya han formado 3.000 efectivos les queda trabajo, quizás ahora más orientado a consolidar estructuras logísticas y de funcionamiento. El próximo encuentro sobre la región se celebrará también en Bruselas el 16 de septiembre con la denominación de «nuevo pacto para Somalia» en el que el apoyo económico tendrá importante protagonismo.

En lo que considero una excelente coordinación, dos días después de la reunión de nuestros cancilleres, una Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (la 2011/2013 de 24 de julio 2013) reafirmaba la legitimidad de la operación, repasando con el espeso lenguaje de la organización, las resoluciones y acciones anteriores, animando a sus estados miembros a continuar apoyando al pueblo somalí que vive aún en un Estado considerado fallido.

Una veintena de oficiales y suboficiales españoles veranea en tierras no incluidas en ningún circuito turístico, ni siquiera en las ofertas de última hora. Lo de Uganda fue una excepción. Aunque no anden mal aquellas tierras somalíes de sol y playa, no se incluyen en ningún catálogo de paraíso a explorar o a disfrutar. Nuestros soldados hacen sencillamente lo que tienen que hacer y lo hacen de la mejor forma que saben y pueden.

Mientras aquí nos despellejamos –física y moralmente–, vaya nuestro recuerdo hacia ellos, deseándoles, dentro de lo posible, un feliz verano.