Es la hora de Peña Nieto

La decisión del presidente mexicano, Peña Nieto, fue acertada. No debe reunirse en la Casa Blanca cuando los Estados Unidos exigen que sean los mexicanos quienes tengan que pagar el muro que Washington quiere levantar. Peña Nieto tiene una oportunidad de oro. La crisis diplomática que han abierto los Estados Unidos podría aprovecharse para que las relaciones entre ambos países se desarrollen en un plano de igualdad. El presidente estadounidense, Donald Trump, debería preocuparse de devolver el territorio que los estadounidenses le arrebataron a México a partir de 1846. Políticamente sería el momento para reclamarlo y no sería descabellada la formulación política de una reclamación de este tipo. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños debería reunirse de urgencia y exigir que las autoridades de Washington respeten a México y no adopten medidas que perjudiquen gravemente a este país.

Caben respuestas proporcionales y pacíficas a la voluntad de los Estados Unidos de empobrecer a México. Pronto llegará la decisión de quitar valor al Tratado de Libre Comercio de América del Norte que, de nuevo, perjudicará a los mexicanos. Estados Unidos está rompiendo todos los lazos con su vecino del sur y ha alterado los equilibrios en las relaciones entre los dos países. A las autoridades mexicanas, también, les queda la vía de reclamar ante los Estados Unidos. La Conferencia iberoamericana se podría hacer eco de las peticiones mexicanas y completar así la lista de reclamaciones frente a las políticas de los países anglosajones.

La condena del bloqueo sobre Cuba por parte de los Estados Unidos, la condena de las ocupaciones militares de Gibraltar y Malvinas por parte del Reino Unido. Y, ahora, por de pronto, la condena por la construcción del muro y el trato a México. Sin duda, es la hora de Peña Nieto. No debe perder de vista todas las dimensiones del conflicto que ha generado el Presidente estadounidense. Es posible, si no, que se abran paso las políticas de López Obrador.