Toni Bolaño

Golpe de mano

La Razón
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Pedro Sánchez ha renacido como el Ave Fénix. Tiene las manos libres para hablar con derecha e izquierda e intentar lograr un pacto basado en el «programa, programa», que retrotrae a Julio Anguita, sin contar, ni por pasiva ni por activa, con los independentistas. La batalla interna estuvo a punto de descabezarlo en el pasado Comité Federal y ayer continuó. Los barones forzaron el congreso para mayo para discutir su liderazgo antes de unas posibles elecciones en junio. Los críticos lograron una victoria a primera hora, que se quedó en pírrica después de un discurso impecable del líder que les propinó un sonoro pescozón: los militantes tendrán la última palabra. La estrategia de los críticos caía como un castillo de naipes.

Ciertamente, es una fórmula novedosa pero, sobre todo, noquea la vieja política –la de los movimientos tácticos de los despachos– y abre las puertas a una nueva forma de hacer en el PSOE. Con su movimiento, ha dejado con el paso cambiado a todos aquellos que lo cuestionan y abre puertas y ventanas de un partido necesitado de aire fresco que está atenazado por una situación política envenenada.

Se dice que es la primera vez que se adopta esta decisión. Sin embargo, existe un precedente: Barcelona. Jaume Collbony está negociando un pacto de gobierno para la Ciudad Condal con la alcaldesa, Ada Colau. Al inicio de las conversaciones, el líder socialista anunció que el resultado sería sometido a la militancia en una consulta. Sánchez lo ha tomado como referente.

Todos los barones han aceptado de forma unánime la consulta. No les quedaba otra. No se podían oponer a la democracia interna y están noqueados en la lona. Sin embargo, el líder socialista empieza ahora la parte más compleja de la partida: embastar un acuerdo que pueda llevarlo al gobierno, satisfacer a unas bases ansiosas de retomar la iniciativa política y a un partido que necesita un empujón para salir del peligroso ostracismo en el que está situado. Sin duda, no lo tiene fácil, está inmerso en una gran encrucijada, pero sale reforzado del Comité Federal con su golpe de mano.