Sevilla

La soledad del corredor de fondo

En sus años universitarios fue velocista, pero en su larga trayectoria política ha actuado como fondista. Rubalcaba empieza a vislumbrar una meta que no parece estar situada en el palacio de La Moncloa mientras siente, en toda su intensidad, la soledad del corredor de fondo. La contestación interna del líder de los socialistas se va a disparar tras el anuncio de Pepe Griñán de no volver a presentarse a las próximas elecciones autonómicas andaluzas para las que quedan, aún, nada menos que tres años. ¿Por qué ahora? Se pueden buscar un montón de razones que irían desde el escándalo de los ERE, hasta su incomodidad por tener que depender de esa veleta loca que es Izquierda Unida que actúa en cada territorio de manera distinta, incluso contradictoria. El cansancio es en ocasiones un hándicap insuperable y Griñán parece haber alcanzado ese punto y, de paso, está lanzando un mensaje a toda la organización que impacta de lleno en la línea política de flotación del secretario general del PSOE. Rubalcaba está desde la semana pasada aún más sólo de lo que ya estaba en su empeño de mantenerse como candidato a la presidencia del Gobierno estirando el tiempo como un chicle y evitar así unas primarias que, de presentarse, perdería casi con toda seguridad. La decisión de Griñán, que los hagiógrafos del líder andaluz califican como sin precedentes, olvidando que el primero que practicó, y cumplió, la limitación de mandatos fue José María Aznar que se presentó a las elecciones del 96 prometiendo que sólo estaría ocho años en el gobierno, no es que haya encendido las alarmas entre los socialistas, porque esas alarmas llevan encendidas mucho tiempo, sino que ha iluminado el cartel de «exit», salida, como en los aviones. El presidente de la Junta , que en el congreso de Sevilla, apostó por Carme Chacón, había mantenido un hilo para evitar la caída de Rubalcaba. Ese hilo es el que ha roto Griñán dejando a don Alfredo en caída libre.