Reyes Monforte

Moneda de cambio

Una vida nunca puede ser moneda de cambio, como tampoco lo pueden ser los derechos de las personas. Los valores, las ideas y los sentimientos no pueden transformarse en una mera mercancía con la que comerciar según el interés político del gobierno de turno que nos toque, porque esto comienza a parecerse demasiado a una lotería, y no precisamente a la del anuncio de navidad de este año porque este asunto de la ley del aborto no creo que termine igual de bien para nadie, ni creo que el gobierno tenga la actitud del famoso Antonio, el camarero del bar, obrando en conciencia. En esto, como todo en la vida, cada uno debe ocupar el lugar que le corresponde y actuar en consecuencia. Quizá es que no se hacen las cosas bien desde el principio, y por eso pasa lo que pasa, que el problema termina enquistándose y no hay manera de solventarlo. Sigo sin saber qué hace un ministro, un presidente, un cura o un juez decidiendo sobre aspectos que no deberían estar en sus manos porque las tienen llenas de sus propios intereses, intereses creados al más puro estilo Jacinto Benavente, y al final actúan como mercaderes o, aún peor, como charlatanes de feria dispuestos a vendernos el producto mágico.

Causa vergüenza que los derechos y los deberes de los ciudadanos se aprueben o se suspendan dependiendo del calendario electoral, como si fueran papeletas confeccionadas para ser introducidas en unas urnas a través de engaños. Jugar con los sentimientos, así como con la vida o la muerte, no suele traer nada bueno. No son una mercancía con la que negociar ni comerciar pero para los partidos políticos esto es el pan nuestro de cada día. Lo malo que ese pan si no se elabora bien se atraganta, no hay quien lo trague y termina haciéndose bola. Y las bolas se hacen grandes y arrasan con todo. No sería mucho pedir que gobernaran y legislaran mirando por el bien del ciudadano, aunque sólo fuera porque les pagamos para eso, ya no digo que lo hagan por decencia. Eso sí que sería el premio gordo de nuestra particular lotería.