Inmersión lingüística

«Mos movem»

La Razón
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En «ses Illes Balears» se va a imponer un decreto que establece el conocimiento del catalán como requisito indispensable para poder optar a un empleo fijo en el Servei de Salut, el ente de la sanidad pública. La presión de los sectores supremacistas, que en las Baleares campan a sus anchas, está creando un grave conflicto social, político y económico, que imita al modelo que ha destruido la convivencia en la otrora abierta y dinámica sociedad catalana. Lo de Baleares no es ninguna broma y ante el decreto separatista de imposición lingüística, la sociedad civil empieza a movilizarse para denunciar que la lengua debería ser un vehículo exclusivo de integración, de comunicación, de cohesión, y no una imposición nacionalista, y cuya radical implementación puede provocar la expulsión de las islas de cientos de médicos y profesionales de la salud que no tienen el nivel suficiente de la lengua catalana.

A partir de la publicación del decreto, ha nacido en Menorca la plataforma social «Mos Movem» (que significa «Nos Movemos» en menorquín), en defensa de la Sanidad pública, de sus profesionales, de la cultura y de la lengua autóctona que en las Baleares tienen y que no están dispuestos a tragar con imposiciones extrañas. Para ello, el próximo día 18 de febrero la plataforma «Mos Movem» ha convocado una manifestación en Palma de Mallorca en contra del decreto y en defensa de las modalidades lingüísticas propias que se hablan en Eivissa, Formentera, Mallorca y Menorca; sin discutir la unidad lingüística, propone el uso oficial de la lengua propia que se habla en la comunidad, maximizando el uso del «xerrar salat» o «el hablar salado».

La lengua es para el nacionalismo el arma política para implementar su discurso supremacista, no hemos de olvidar que todos los partidos separatistas catalanes incluyen en su programa electoral la unificación de Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y el sur de Francia, en los llamados «Països Catalans», un concepto inventado por el valenciano Bienvenido Oliver en 1876 y que fue retomado en los años 60 por otro valenciano, el exfalangista Joan Fuster, con su obra de carácter mítico-religioso para los supremacistas, titulado «Nosotros, los valencianos», y en el que sentaba las bases de la nación catalana en función de conseguir la unidad lingüística en todos los territorios que pertenecieron al antiguo reino de Aragón y que mantenían como lengua vehicular los dialectos de la antigua lengua occitana. La lengua es el vehículo que el nacionalismo separatista ha usado para romper España.

«Mos Movem», formado por decenas de profesionales de la salud, ha empezado a señalar al Govern balear como el responsable del éxodo de médicos que anuncian salidas y además actuará como efecto disuasorio de muchos profesionales que no se desplazarán a las Islas porque no saben catalán.

El Govern balear está generando el efecto contrario del que busca y, en vez de convertir el catalán en un idioma de integración, está despertando a los mallorquines, ibicencos y menorquines de la droga separatista.

Los habitantes de Baleares se mueven, y ya no los van a parar.