Fernando de Haro

No sólo foto

La foto es buena. Tanto por el encuadre como por el contenido. Después de dos huelgas generales en menos de año y medio, un acuerdo entre los agentes sociales supone un excelente mensaje. Que no todo es ideología, que ante ese drama del paro juvenil que clama al cielo se pueden superar las diferencias y hacer algo juntos. Con el retrato van a ganar todos los retratados, que tienen, como sabemos la credibilidad social por los suelos. Y va a ganar el español medio al que le sobran eslóganes, argumentarios cansinos de unos y otros y le faltan gestos de entendimiento y motivos para recuperar la confianza.

El acuerdo no es una reedición de los Pactos de la Moncloa, que es justo lo que necesitamos en este momento. No hay nada sobre negociación colectiva, salarios o algún atisbo de redefinición del Estado del Bienestar. Pero algo es algo. El acuerdo se refiere a la estrategia para el fomento del emprendimiento y el empleo juvenil de los próximos tres años. Se abordan tres cuestiones importantes. La primera es la formación de los jóvenes para mejorar su empleabilidad. Todo lo que se haga en este terreno es poco. Sin mejorar la enseñanza, sin fomentar la formación profesional y sin alentar un reciclaje permanente no hay salida a la actual crisis de empleo. Nuestros jóvenes se fueron del colegio porque la burbuja inmobiliaria les prometió un paraíso que ha dejado de existir.

De igual modo es relevante que se fomente la cultura del emprendimiento en un país donde hasta hace no mucho el riesgo estaba estigmatizado. Y lo que se pueda avanzar en mejorar la intermediación laboral, asignatura pendiente desde hace décadas, nos vendrá muy bien. La que se hace ahora no sirve para casi nada.

Pero en los acuerdos sociales, además de una buena foto y de apuntar en la dirección correcta, los detalles son esenciales. Tomemos como ejemplo el emprendimiento. Es positivo que la cotización a la Seguridad Social se bonifique, que se imponga la tarifa plana de 50 euros. Pero la cuestión es de tal calado que esa medida no es suficiente. Los informes del Banco Mundial sobre los problemas para hacer negocios en España lo han puesto de manifiesto. Además hay que simplificar todos los trámites administrativos, las licencias y autorizaciones previas que hacen que montar un negocio sea un calvario. Eliminar los requerimientos de cualificación profesional que no estén justificados, reducir el papel y el coste de notarios y registradores, avanzar en la unificación del mercado, cambiar el sistema de financiación de las pymes para que no se exija a sus promotores una responsabilidad ilimitada.

Bienvenidas son las fotos si son el comienzo y no el final. Hay muchos cambios por hacer.