Fernando de Haro

Otra oposición

Susana Díaz comienza su mandato al frente de la Junta de Andalucía con la amenaza de que su partido, el PSOE, se convierta en una segunda marca de Izquierda Unida. La marca negra, la que se lleva todos los palos, la que le permite a la izquierda más izquierda seguir creciendo. El PSOE andaluz parece condenado a transformarse en algo parecido a la Sareb, el banco malo lleno de activos tóxicos, que hace posible el saneamiento del sistema financiero. Le pasa lo que a CiU en Cataluña, lo bueno se lo lleva ERC.

ésa es una de las principales conclusiones que se pueden extraer de la encuesta de intención de voto en Andalucía que se publica en estas páginas. Aunque Diego Valderas, el líder de IU, haya sido el hombre fuerte en la Junta desde que se celebraran las pasadas elecciones, el votante le echa la culpa de los errores de gestión a los socialistas. Para los comunistas y compañía, las mieles. Los ERE falsos, las luchas intestinas y la huida más que despedida de Griñán cuentan. Pero ni de lejos cuentan lo suficiente para propiciar un cambio en el color del Gobierno.

No sabemos cuánto va a durar la legislatura que Susana Díaz ha heredado (en Andalucía, últimamente, los cargos se traspasan sin necesidad de que las urnas los otorguen). Previsiblemente será poco. Si las elecciones se celebraran hoy, la pérdida de casi tres puntos en intención de voto de los socialistas y la subida de casi cuatro puntos de IU hacen presagiar que las cosas seguirán como están pero con una Andalucía más bermeja.

El segundo gran titular del sondeo es la erosión del PP. Se confirma el dicho de Andreotti, la oposición es la principal fuente de desgaste. Los populares pierden mucho, casi ocho puntos, el doble que el PSOE. No rentabilizan la corrupción. Sufren seguramente por ser partido de Gobierno en Madrid. Probablemente son castigados también por la falta de un líder claro. El asunto sigue sin resolverse. Sin duda hay que cambiar la forma de hacer oposición.