Julián Redondo

Penitencia y cambios

Penitencia y cambios
Penitencia y cambioslarazon

Viendo a Italia, Inglaterra, Brasil, Croacia, Colombia o Costa de Marfil, a México y por supuesto a Holanda, el desvanecimiento de España en 45 minutos presagia una cruel eliminación. En el peor de los casos. También cabe la posibilidad de que fuera un síncope con antecedentes veniales, como aquellos amistosos contra Argentina y Portugal una vez proclamados campeones del mundo, que con buen criterio recordó Del Bosque en la hora de la penitencia. Pero son 45 minutos que colocan al seleccionador en un brete, por no acertar a contrarrestar la minuciosa y concienzuda batalla planteada por Van Gaal, y que le sitúan en el centro de las críticas, que asume y no rechaza.

En esos 45 minutos interminables se pudo añorar al lesionado Valdés –en estas situaciones siempre ganan los ausentes– y discutir a Casillas, a quien la prolongada ausencia en el torneo español de la regularidad, el tedio del banquillo en su equipo y los motivos personales han oxidado, según parece. Es un problema de inactividad que sólo la actividad contrarresta. ¿Pero hay tiempo? En un Mundial, no.

En medio partido, la pujanza de Sergio Ramos, el héroe de la Décima, quedó en entredicho, como la fiabilidad de Piqué, dos meses inactivo en la recta final de la Liga. Demasiada inactividad. En ese segundo tiempo desatado de Robben, Van Persie y los aguerridos tulipanes de Van Gaal, a Xavi le cayó una losa encima, como a Diego Costa, discutido ahora también en España, como a Silva, que no colaboró suficiente con Azpilicueta, superado por Blind, como a Jordi Alba, a quien también lastra la falta de partidos. En esa calamitosa mitad, la presencia de Busquets, de Iniesta, que enciende una luz cuando combina con Silva, de Pedro y de Torres pasó inadvertida, como los holandeses por encima de ellos.

Del Bosque anuncia cambios, «sin señalar». No podrá evitar que el dedo acusador apunte a quien deje en el banquillo. Esto es fútbol y el fútbol exige cabezas después de un mal resultado, que si es catastrófico también pide sangre. ¿Hay relevos? Claro. De Gea, Javi Martínez, Koke, Cesc... ¿Y físico? Viendo a otras selecciones, incluso menores, surgen dudas. ¿Y mentalidad? Sólo si el examen de conciencia ha sido una catarsis en toda regla. ¿Y un plan B? Del Bosque tiene la palabra.