Fernando de Haro

Perdemos todos

Mas ha optado por la peor. El presidente de la Generalitat, tras recibir la carta de Rajoy, tenía tres posibilidades y ha elegido la más perniciosa para él, para Cataluña, para España. La respuesta de Rajoy, que hemos conocido este fin de semana, está redactada en unos términos muy suaves y muy medidos. En ninguna de sus líneas se dice expresamente no al referéndum. Simplemente se recuerda que es necesario cumplir con las leyes y se ofrece diálogo. Las palabras del presidente del Gobierno son casi dulces. La tarde del sábado el tono de la misiva sorprendió a ciertos ámbitos del nacionalismo catalán. Tanto es así que estaban contentos, veían una puerta abierta. Durán desde Panamá lo comentó expresamente. Moncloa estaba dispuesta a dar pasos para negociar un nuevo modelo de financiación e incluso para transferir más competencias.

Eso le daba a Mas una primera opción: corregir el dislate que puso en marcha cuando decidió convocar elecciones anticipadas, recoger el guante del presidente del Gobierno y frenar así su suicidio político y el de CiU. Moncloa le podría haber ayudado a salvarse. Podría haber presentado las «nuevas cesiones» como una victoria.

La segunda era, como había sugerido los últimos días, aplazar el problema. No convocar la consulta el año que viene y convertir los próximos comicios autonómicos en un plebiscito. De esta forma, hubiera ganado tiempo y podría haber decidido en función de cómo hubiera sido el resultado de las elecciones. Pero Mas ha optado por la autodestrucción. El trabajo del líder de la Generalitat por la independencia es tiempo empleado en favor de ERC que mete a España y a Cataluña en un conflicto que le va a hacer mucho daño. El president ha decidido ponerse al frente de una manifestación que le va a pasar por encima. Se empeña en sacar adelante un referéndum para el año 2014 que el Tribunal Constitucional va a frenar. España no es Canadá, no se han establecido previamente las condiciones que hacen de una consulta así algo legal. Mas busca el choque, perdemos todos.