Rosetta Forner

Soy lo mejor

La Razón
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La depresión postvacacional, a veces, se prolonga hasta las vacaciones del año siguiente. Para muchos, la vida es frustrante, pues adoptan la actitud de salir a perder en vez de salir a ganar: retroalimentan su actitud negativista y victimista, no asumen responsabilidad sobre los resultados que se dan en la vida, y le echan la culpa a «otro». Quien es de frustración fácil, toda vez que no consigue el resultado deseado, en lugar de preguntarse cómo contribuyó al mismo, se lamenta de su mala suerte y se vive como fracasado. Nada más lejos de la realidad. Como experta en PNL (Programación Neuro Lingüística), sé que somos lo que pensamos: nuestro cerebro se alimenta con las creencias que decidimos darle volitivamente. Quienes logran sus objetivos y dirigen su vida, no poseen una varita mágica que a los demás se les escapa. Simplemente, tienen muy claro que deben luchar por alcanzar sus metas, perseverar, esforzarse, ser constantes. Si asumimos que podemos lograr lo que queramos siempre que estemos dispuestos a trabajar duro, seremos inasequibles al desaliento. La sociedad actual nos presenta modelos de éxito artificiales, a veces, falsos. Quien presenta sus logros como algo fácil, miente. Toda meta alcanzada conlleva un esfuerzo. ¿Por qué esconden algunos el ‘precio’ que pagaron en lugar de estar orgullosos? Cuestión de una autoestima falseada. Quien de verdad cree en sí mismo no esconde los resultados no deseados (fracasos) que cosechó, pues eso es la base sobre la que ha construido su éxito. Reconocer los logros propios fortalece el amor propio y aumenta las defensas emocionales (resilencia o resistencia a la frustración). “Soy lo mejor que me ha pasado”, además de libro, es un buen mantra de cabecera.