Irene Villa

Suerte

El día por excelencia de la suerte es hoy. El sorteo de la Lotería de Navidad se espera cada año con más esperanzas si caben. El milagro que todos deseamos para nuestro país puede que recaiga hoy en forma de soluciones concretas y verdaderamente útiles, ojalá que en cuantos más ciudadanos mejor. Pero ese golpe de suerte no revoluciona de una forma tan decisiva nuestras vidas como lo hacen esos valores que consiguen que la suerte siga haciéndonos regalos inesperados de por vida. Me refiero al compromiso, la perseverancia, la responsabilidad... Como escribió Jacinto Benavente: «Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento». En ciertos momentos elevamos la suerte a la categoría de milagro, en otros, se convierte en un mero pretexto: es que he tenido muy mala suerte. Lo cierto es que, como todo, depende de uno mismo: nuestras actitudes y comportamientos atraerán o alejarán de nuestra vida lo que buscamos. Así que más que suerte, deseo que estemos unidos, estas entrañables fechas animan a ello, que no nos venza el desaliento y sobre todo, que gocemos de buena salud. Por ello ha sido tan bienvenida esta primera edición de los Premios A Tu Salud, con los que LA RAZÓN y su suplemento dominical reconocen la labor de quienes contribuyan a la innovación, apuesten por la investigación en España y saquen adelante patentes y proyectos que nos ayuden en ese camino, a veces demasiado arduo y cuesta arriba, hacia la salud o, al menos, hacia una digna calidad de vida.