Historia

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La Razón
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Miren, yo no soy votante de Ciudadanos, así que espero que no me consideren sospechosa de tratar de hacerle la pelota a esta señora, pero la otra tarde me sentí muy orgullosa de Inés Arrimadas. Hablar en público nunca es fácil, hacerlo en una situación de tensión lo es aún menos, e intervenir cuando todo el mundo te está mirando es todavía peor. Y la dificultad sube al máximo si a lo que te enfrentas es a una declaración de independencia suspendida en seis segundos. O no, que todo puede ser. Que haya dicho cualquier cosa, e incluso que haya hecho mus. Pero la otra tarde me sentí muy orgullosa de Inés Arrimadas y no es común porque ya saben de mi proverbial misoginia, sobre todo si se trata de una persona tan mona como ella, tan brava y tan libre como para casarse con un señor que seguramente tiende a entender Cataluña como algo ajeno a España. Arrimadas recordó, en medio de ese pleno tan intenso y doloroso, algo que me hace muy mala persona. Me va a hacer muy mala persona. Algún insigne e histórico miembro de ERC ya había afirmado «no pretendo que un país haya de tener una raza pura, pero hay una distribución genética en la población catalana que estadísticamente es diferente a la de la población subsahariana, por ejemplo». Heribert Barrera, sin ir más lejos. Pujol, ese señor al que los catalanes independentistas deben el expolio de las arcas públicas más indecente que jamás han sufrido y que jamás van a sufrir seguramente, tuvo también algún chispazo gordo en los cables de la cabeza. «El hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico. Es un hombre destruido. Es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual». Arrimadas recordó la otra tarde mientras millones de miradas caían sobre ella (muchas pensando en que es una mujer demasiado guapa para ser tan brava) que Oriol Junqueras escribió hace unos años que «los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses, y un poco con los suizos. Mientras que los españoles presentan más proximidad con los portugueses que con los catalanes y muy poca con los franceses. Curioso». Ay, señor Junqueras. Me lo está poniendo a huevo pero voy a tenerle más respeto del que Vd nos tiene.