María José Navarro

Yo, Leonor

Bueno, pues por lo visto hago la Comunión en mayo. A ver, que yo no me voy a quejar por el mes, porque en febrero no pega y noviembre tampoco. Pero ¿es necesario coincidir con la plebe en todo? Ojo, que es que me he enterado por el «Hola» que ni vestido blanco largo como una novia ni nada. Ni manga de farol, ni encajes, ni vuelo en la falda tipo plafón. Que me van a poner una corbata, oigan, hagan algo. Llamen a un guardia, lo que sea. Qué será lo siguiente. ¿Ir vestida de franciscano? ¿Con sandalia de San Pedro? Hombre, por Dios, con lo que ha sido esta Casa Real. Y encima entre semana. Que igual esta gente que está en un plan que ni los japoneses me planta la cosa un lunes. Ni fiesta ni ni ni ni ni un convite, ni un dispendio, ni un gasto superfluo. Que seguro que luego me montan una merienda de pan Bimbo con la corteza dura y fuagrás barato y unos gusanitos y corre que te pillo. Ahí, con un banco por familia en la iglesia y vas que chutas. Y el fotógrafo, el mismo para todos, hala, como un fotomatón, como una ristra de ajos. Me van a quitar la vida, de verdá. Luego dirán Vds, pero ni unos entremeses variados, ni una trucha a la Navarra de segundo. Lo que no sé es si van a venir los primos esos rubios que tengo no sé dónde. Que se lo he dicho a mi madre. «Esa gente más que de banco es de banquillo». No ha caído bien el comentario, para qué les voy a decir otra cosa.