El trípode

De Companys a Puigdemont

Si le amnistía, Sánchez condena por antidemocrática esa actuación del Jefe del Estado, «símbolo de su unidad y permanencia». Y en esto está Sanchez con Pumpido en el TC.

En estas fechas de octubre de 2017, los secesionistas catalanes liderados por Puigdemont y Junqueras al frente del Gobierno de la Generalitat, precipitaban a Cataluña a un escenario inédito desde aquel lejano 6 de octubre de 1934. Aquel día Lluis Companys proclamaba desde el balcón principal del Palau de la Generalitat un golpe de Estado contra el legítimo Gobierno de la Segunda República. Lo hizo en plena sintonía y coordinación con el PSOE de Largo Caballero, que hacía lo propio con los sindicatos en Asturias con una huelga revolucionaria.

En 2017, los burgueses separatistas con la estrecha cooperación de la «progresista» y marxista leninista CUP, convertían las calles con sus Comités de Defensa de la República (CDR) en un escenario de violencia revolucionaria cual si se tratara de aquel lejano acontecimiento o de la Comuna de París de 1871. Es cierto que ni Companys en 1934 ni Junqueras en 2017 protagonizaron, ambos en octubre, un hecho tan poco épico como el del President Puigdemont huyendo de España escondido en el maletero de un coche, por lo que ellos sí rindieron cuenta de sus actos ante la Justicia. Ambos fueron juzgados y condenados a penas de prisión e inhabilitación. El Frente Popular que, previo pucherazo, asumió el Gobierno de la República en febrero de 1936, indultó a Companys; y Sánchez hizo lo mismo con Junqueras y sus colegas una vez que, gracias a sus votos, consiguió en 2020 seguir durmiendo junto a Pablo Iglesias en La Moncloa.

Ahora, para seguir allí necesita los 7 votos de los de Puigdemont, y a él no puede indultarle porque según la Ley reguladora del derecho de gracia, para ello previamente debe ser juzgado y condenado con sentencia firme. A eso no está dispuesto el prófugo del maletero, que desea regresar de su dorado exilio de Waterloo cual un auténtico héroe, y quizás ser candidato para volver a ser elegido Presidente de la Generalitat, como lo era por entonces. La única posibilidad para satisfacer su pretensión es una amnistía, lo que tropieza con la disposición expresa de la Constitución que prohíbe los «indultos generales». No cita la CE la amnistía como tampoco prohíbe la esclavitud, por ejemplo, pero, «quien prohíbe lo menos, prohíbe lo más».

Ante aquella situación de extrema gravedad, tal día como hoy el Rey se dirigió a la Nación en un extraordinario discurso televisado de 6 minutos. Si le amnistía, Sánchez condena por antidemocrática esa actuación del Jefe del Estado, «símbolo de su unidad y permanencia». Y en esto está Sanchez con Pumpido en el TC.