Al portador

Decisiones obligadas, por si acaso y como distracción

El acuerdo está listo, entre otros motivos, porque lo necesitan el líder «indepe» y el inquilino de La Moncloa

David Allen es un consultor americano de éxito, rico y famoso gracias a su GTD (Getting Things Done), un sistema de gestión del tiempo y de la productividad, que fue traducido al castellano como «Organízate con eficacia». El método defiende que «la existencia de una fecha límite es muy positiva porque obliga a tomar decisiones». Walt Disney (1901-1966), por su parte, creía que «si no tenemos plazos, nos estancamos». La amnistía que exige Carles Puigdemont y que Pedro Sánchez va a conceder, lleva semanas estancada y quizá seguiría allí si no hubiera un plazo, que expira el jueves, para que se pueda tramitar parlamentariamente sin más retrasos. El acuerdo está listo, entre otros motivos, porque lo necesitan el líder «indepe» y el inquilino de La Moncloa. El caso Koldo, con todas sus ramificaciones, de Ábalos a Armengol, por ahora, sin que se descarte a Salvador Illa, lo ha complicado todo. Mejor dicho, ha despejado el camino de la amnistía. Puigdemont no puede arriesgarse a esperar mucho más y una amnistía, más que polémica y muy contestada, puede permitir a Sánchez desviar la atención del incendio interno que tiene por las andanzas de Ábalos y del aizcolari. El Gobierno resistirá y la legislatura seguirá, pero existe el «por si acaso» y Puigdemont lo sabe. «Esta semana, por ello, habrá ley de amnistía», escribe el ex protoasesor presidencial Iván Redondo, que salió de La Moncloa en la misma crisis en la que Ábalos, para su sorpresa, dejó de ser ministro, aunque esa es otra historia. Hubo una guerra civil en el seno del Gobierno y los derrotados tuvieron que retirarse, también la entonces vicepresidenta Carmen Calvo que, sin embargo, ahora le sirve a Sánchez para otra batalla en el Consejo de Estado. Puigdemont ya habla de una «nueva etapa» en la que quiere asegurarse el escaño en el Parlamento Europeo. Si lo obtiene, quizá ahora, sí se vería obligado a cumplir con todos requisitos, como pasar por el Congreso de los Diputados para certificar su condición. Eso le obligaría a volver a España y la amnistía, incluya o no el terrorismo –que habrá que verlo–, se lo permitiría. Sánchez, al mismo tiempo, intentaría sacar adelante los Presupuestos, pero sin agobios. Amagará, pero las elecciones catalanas están en lontananza y quizá ahí esté el plazo definitivo. Aprobarlos más o menos entonces sí supondría, Koldos al margen, despejar la legislatura, no para nada, sino para seguir en el poder, que no es poco. Ahora, el plazo del jueves, quizá sea bueno porque «obliga a tomar decisiones», como afirma Allen.