El canto del cuco
El desalojo de Pedro Sánchez
En las últimas horas se multiplican los contactos y las iniciativas entre las fuerzas defensoras de la Constitución en busca de un acuerdo histórico para proceder al desalojo del inquilino de La Moncloa
Hay movimientos discretos dentro del Partido Socialista, con Felipe González de referencia, para intentar desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa y de la dirección del partido antes de que la situación se vuelva irreversible. La operación no es sencilla. Como ha dicho Emiliano García-Page, existen dudas de que el PSOE pueda salir de este laberinto. De ese difícil momento político hablaron el manchego y el líder histórico en el almuerzo del pasado lunes en la Venta de Aires, de Toledo. La consumación del pacto sobre la amnistía entre Sánchez y Puigdemont, que ha coincidido con el escándalo de las mascarillas, ha activado todas las alarmas y ha obligado a ponerse ya manos a la obra. En las últimas horas se multiplican los contactos y las iniciativas entre las fuerzas defensoras de la Constitución en busca de un acuerdo histórico para proceder al desalojo del inquilino de La Moncloa.
Una de las posibilidades que se está tanteando comienza con el reagrupamiento en torno a la figura de Nicolás Redondo Terreros de los restos del socialismo que representaron, en su momento más glorioso, Felipe González y Alfonso Guerra. Esta recuperación del partido original, de clara línea socialdemócrata y liberal, sería el paso previo a la presentación de una moción de censura con todas las garantías de sacarla adelante. El calendario importa. En principio, debería presentarse después de las elecciones vascas y europeas, de las que el sanchismo saldrá malparado, y antes de que la ley de la Amnistía entre en vigor. Se trata de cortar en seco el chantaje al Estado de las minorías separatistas y taponar, antes de que sea tarde, la hemorragia que el sanchismo está causando al partido centenario.
Se encargaría de presentar la moción de censura el Partido Popular. Motivos hay de sobra, y distintos observadores de peso vienen advirtiendo a Feijóo de que está obligado a hacerlo sin pérdida de tiempo. La fórmula que se baraja para que resulte efectiva y se cumpla eso de que el que a hierro mata, a hierro muere, es que el candidato acordado sea alguien como Nicolás Redondo, de indiscutible casta socialista. Presidiría un Gobierno de concentración destinado exclusivamente a acabar con los compromisos y rastros del sanchismo y a convocar nuevas elecciones inmediatamente. La otra variante, más complicada, sería que fuera Feijóo el candidato de la moción con las mismas condiciones y con los votos garantizados del sector crítico del PSOE. De momento se multiplican los contactos a varias bandas sin dar cuartos al pregonero en busca de la fórmula que saque a España del atolladero.
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