Y volvieron cantando

Devoradores de niños crudos

Las llamadas al miedo contra la ultraderecha han quedado ya como el único conejo en la chistera del PSOE y de la izquierda en general

El PSOE ha echado sus cuentas y viene a colegir demoscopia en mano que señalar a la «ultraderecha», es decir, a todos los que están a la derecha del partido de Sánchez, poco menos que como comedores de niños crudos representa una garantía de recuperación en la expectativa de voto y un elemento movilizador entre la feligresía de izquierdas. Hay también otros detalles en forma de deplorables paradojas, como el que protagoniza el partido –hoy partida– que un día lideró Pablo Iglesias Turrión y que buzonea una propaganda electoral en la que bajo el lema «nunca más» muestra dibujos caricaturizados de Felipe González, Aznar y otros personajes ente los que destaca la figura de Adolfo Hitler. Curiosa llamada contra el mayor genocida de judíos por parte de una formación abiertamente antisemita.

Llevamos justo un año, desde la cita con las elecciones municipales y autonómicas de 2023 pasando por las generales, gallegas, vascas, catalanas y ahora europeas convertidos en el paraíso de ideólogos, artistas del marketing y publicistas políticos. Un país que vive en constante campaña electoral, además de estar poco centrado en los problemas reales a resolver en el día a día, se convierte también en el perfecto caldo de cultivo para una permanente confrontación política –esperemos que no pase a social– en la que los mensajes extremos y los llamamientos al miedo y a la llegada del Armagedón acaban suplantando a las propuestas de gobierno. Los estrategas de Ferraz y Moncloa tienen claro que solo habrá partido de cara al «9-J» manteniendo en primera línea a Milei, a Feijóo con el que no va la fiesta y a unas hienas que copan las imágenes del vídeo electoral socialista, en el que curiosamente la candidata número uno solo aparece para echar el cierre a una grabación poco imaginativa por no decir burda, aunque puede que nuevamente efectiva.

Las llamadas al miedo contra la ultraderecha han quedado ya como el único conejo en la chistera del PSOE y de la izquierda en general, pero está por ver si su efectividad claramente contrastada en la campaña de los pasados comicios generales es válida en esta macroencuesta de las europeas, sobre todo porque los pactos PP-Vox en lo largo y ancho del país cuya previsión tanto escandalizaba el pasado verano han arrojado de todo dentro de lo que son las coaliciones de gobierno, pero que sepamos, todavía no cocinan niños crudos.