Cataluña

El «oasis catalán» ante la sentencia del Palau

La Razón
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Casi una década después de que se destapara el saqueo del Palau de la Música, los magistrados de la Audiencia de Barcelona deben hacer pública hoy la sentencia de un caso que sacudió social y políticamente a Cataluña y echó por tierra la bien cuidada imagen nacionalista del «oasis catalán». Porque en manos de los jueces no está solo el deslinde de las responsabilidades penales de quienes se aprovecharon de sus cargos para enriquecerse personalmente, sino el de la implicación de la antigua Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), hoy reconvertida en el PDeCAT, en un delito de financiación ilegal de partidos que puede acarrear hasta 8 años de prisión a su ex tesorero, Daniel Osácar, acusado de cobrar mordidas de Ferrovial a través de la institución para conceder contratos de obra pública. Más allá de la situación personal de los principales acusados, que, como Félix Millet, al que se le piden 14 años de prisión, pactaron con la Fiscalía una reducción de las condenas a cambio de su colaboración con la Justicia, el «caso Palau» supuso la primera evidencia de la corrupción política en las filas del nacionalismo catalán y, sea cuál sea ahora la decisión de los jueces, determinó la caída de CDC y su reconversión al nacionalismo más extremo, en lo que se interpretó como una huída hacia adelante de algunos de sus dirigentes.