El canto del cuco

¡España, en manos de Puigdemont!

Feijóo obligado también a recuperar la iniciativa política que perdió, por exceso de confianza

Serenidad, coherencia y patriotismo. Eso pide en un resonante editorial la Fundación FAES en este endiablado momento político. No es mal consejo. Es seguro que Feijóo, tras un primer momento de desconcierto al conocer el resultado de las elecciones, seguirá fielmente esa línea de conducta, a la que, por lo demás, está acostumbrado. Está obligado también a recuperar la iniciativa política que perdió, por exceso de confianza, en la última semana de la campaña electoral. Eso condujo a este desbarajuste. Fue atacado feroz e inicuamente en un ejercicio, a la desesperada, de evidente juego sucio y prefirió mirar para otro lado ante tanto infundio, tanta mentira, aireada servicialmente por los medios de comunicación sometidos al “sanchismo” y que caló en una parte del electorado. Eso cambió el resultado en el último momento. Fue la causa principal de lo que ha pasado. Algún día habrá que ajustar cuentas a la Prensa por este tipo de comportamientos, que en algunos medios ha superado ampliamente las legítimas posiciones ideológicas.

Es inquietante que en estos mismos medios, obcecados por la “pasión sanchista” o por oscuros intereses, se acepte con naturalidad y hasta con aparente complacencia que el Gobierno de España dependa de la voluntad de un prófugo de la Justicia, que intentó un golpe de Estado y que exige ahora, a cambio de su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, un referéndum anticonstitucional en Cataluña. Tampoco produce sorpresa, por lo visto, que sea Bildu, el partido heredero de ETA, la primera fuerza que ha ofrecido incondicionalmente sus votos a Sánchez. Cualquier observador sensato y, por supuesto, cualquier patriota se echará las manos a la cabeza. ¿Está el Gobierno de España en manos de Otegui, Puigdemont y Junqueras? Se supone que los patriotas socialistas que participaron activamente en la elaboración y aprobación de la Constitución del 78, ahora directamente amenazada, alzarán su voz y no consentirán que el PSOE sea responsable de semejante felonía.

Es, pues, la hora de recuperar la sensatez, la coherencia y el patriotismo. Las dos grandes fuerzas políticas -PP y PSOE- tienen que sentarse y reflexionar juntas para salir del atolladero. Tendrán que olvidarse del frenesí de la lucha electoral, orillar los agravios mutuos y ponerse a dibujar, desde la centralidad, un futuro atractivo para España. Es su responsabilidad. Parece puesto en razón que Alberto Núñez Feijóo, como ganador de las elecciones, tanto en votos como en escaños, con mayoría absoluta en el Senado y con la mayor parte del poder autonómico y municipal, sea el que lleve la iniciativa en esta ardua empresa de sacar España adelante.