Sin Perdón

¿Está fundado el optimismo sanchista?

«Puigdemont se rendirá seducido por el inquilino de La Moncloa: O yo, o el caos»

Sinceramente, creo que no. Es cierto que los hagiógrafos del sanchismo lo han convertido en una especie de superhéroe que todo lo puede. He de reconocer que siempre me han desagradado los pelotas profesionales, pero mucha gente se siente cómoda con ellos, no solo en la política sino también en las empresas, el periodismo, la universidad, etc... La vanidad humana no tiene límites. La figura del Sánchez capaz de resistir al aparato del partido, incluidos los dos expresidentes del Gobierno socialistas y los exsecretarios generales del partido, siempre me ha interesado e incluso fascinado. Es verdad que a nadie que tenga un poco de autoestima le gusta que le saquen por la puerta de servicio. En cierta ocasión, Tarradellas, que era un hombre sabio y un gran resistente, me dijo: «Usted nunca dimita, que le cesen». Y tenía razón. En el caso del líder socialista, esa capacidad de resiliencia le ha resultado siempre muy útil como hemos visto en las elecciones. Le dieron por muerto y en realidad estaba muy vivo. Es cierto que las perdió, pero podría repetir gobierno de coalición con el apoyo de los enemigos de España y de su Constitución.

No me parece que sea encomiable sustentar una campaña en las mentiras que lanzó su poderoso aparato mediático y en sus cambios de opinión que es como ahora se denominan las mentiras en la teología sanchista. Por supuesto, la maquinaria de Barroso y Contreras lanzó la campaña para triturar a Feijóo y mostrarlo como un mentiroso. Nada hizo sobre las mentiras del sanchismo. La épica del heroísmo del resistente se basó en sacar a pasear el dóberman, es decir, el miedo a Vox que por lo visto nos dejaría sin derechos civiles y libertades públicas para convertirnos en una Corea del Norte versión europea. Una vez más la mentira como un instrumento político al servicio del sanchismo. Ahora llega el gran momento del candidato, porque se muestra optimista con la reelección. Puigdemont se rendirá seducido por el inquilino de La Moncloa: O yo, o el caos. Al PP le perdió el optimismo y al PSOE le puede pasar lo mismo.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)