La estrategia de la cortina de humo

Hay que reconocer que Sánchez aprovecha cualquier oportunidad para que no se hable de la situación política española y los escándalos que afectan a la familia presidencial, el PSOE y el Gobierno. No importa el Gran Apagón o el Caos Ferroviario, sino la participación de una candidata de la televisión pública israelí en Eurovisión. Ni siquiera sabemos si es una lamentable marioneta del Gobierno como sucede con RTVE. Tengo la impresión de que no es el brazo propagandístico de Netanyahu, pero a Sánchez le importa muy poco. Un ejemplo es la amnistía que es o no constitucional según sus intereses. Hay que aclarar que no es un defensor de los palestinos por convicción, sino por interés. Los países árabes son muy generosos y ya tiene que ir pensando en su futuro como lobista presidencial a partir de 2027. Es algo común en Europa, aunque con mayor transparencia y ética. Es muy rentable cuando se ayuda a países como China u otros que no son democracias. Por otra parte, no tiene buen cartel en las democracias y el socialismo está en declive. Ha demostrado en muchas ocasiones que sus convicciones son muy frágiles, por no decir inexistentes. Esto le convierte en un político muy interesante y resistente. Feijóo tiene razón cuando señala que Israel es el nuevo Franco.

Empezamos el año con la muerte del dictador y con todos los sanchistas hijos de franquistas aplaudiendo. A esto hay que añadir a la derecha acomplejada que anda siempre con que el PSOE es malo, pero el PP también. No hay más que ver cómo comparan la Gürtel con los escándalos del régimen sanchista. En el caso de la izquierda mediática, tiene mi respeto por la fidelidad que ofrece a Sánchez, ya que eclipsaría a cualquier vasallo con su señor feudal. Lo de Israel durará lo que le convenga a Sánchez como maniobra de distracción, ya que ha hecho un ridículo espantoso con el aniversario de la muerte de Franco. Es normal si se busca a una historiadora de medio pelo que ni siquiera es titular de universidad. Es patético. Lo más preocupante es la irrelevancia internacional de España, gracias a Sánchez y sus astracanadas que nos han convertido en el hazmerreír de todas las cancillerías.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)