
El trípode
Europa debate la guerra con Rusia en Copenhague
El debate de fondo es definir los polos del “nuevo orden mundial multipolar” en el que Rusia quiere tener reconocido un papel destacado con su “zona de influencia” que exige en Europa una Ucrania neutral y desmilitarizada
Esta semana los días 1 y 2 de octubre se ha celebrado en Copenhague, la capital de Dinamarca, una cumbre de naciones europeas a su vez miembros de la OTAN acerca de la seguridad y defensa necesaria para protegerse de una eventual agresión por parte de Rusia. La Cumbre se ha convertido en un debate entre la amenaza que a juicio de diversos países representa la violación de sus fronteras por drones que consideran de procedencia rusa y el veto del presidente húngaro Viktor Orban a esas iniciativas. La PM danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, ha sido especialmente beligerante por la invasión de drones sobre instalaciones estratégicas de su país que considera una amenaza “híbrida” de Putin. Junto a ella, Polonia y la República Báltica de Estonia destacan por la intensidad de las amenazas que consideran están padeciendo. Por su parte, el veto de Orban rompe la unanimidad que exige la UE para poder construir “un muro de antidrones” como defensa necesaria frente a la amenaza rusa. También asistió Zelenski como invitado permanente a todo tipo de encuentros que tienen a Putin como objetivo político a batir. Reiteró su petición de incorporación a la UE y a la OTAN que significaría instalar en Ucrania bases militares de la Alianza Atlántica que Rusia considera una virtual declaración de guerra occidental. Son rotundas a este respecto las declaraciones de Orban: “La Unión Europea -los burócratas de Bruselas- quiere iniciar una guerra y la situación es grave”, aunque mantendré firme la postura húngara… “pero los próximos meses estarán marcados por la amenaza de guerra”. Orban lleva 15 años seguidos al frente del país y tiene elecciones el próximo mes de abril, lo que obliga a pensar en posibles intereses políticos más allá de la búsqueda de la paz, pero refleja la inestable situación europea actual. Zelenski defendió los principios de la revolución del Maidan de 2014 de incorporar Ucrania a la OTAN que se saldó con el derrocamiento del presidente prorruso Yanukovich y la anexión de Crimea por Rusia y el comienzo del conflicto que precipitara en 2022 con el comienzo de la “operación militar especial” rusa en Ucrania. Putin niega tajante que esos drones sean rusos y acusa de operaciones de falsa bandera para conseguir un rearme militar europeo. De interés para el complejo militar industrial, que necesita de guerras o de amenaza de ellas para su negocio. No se puede olvidar que el debate de fondo es definir los polos del “nuevo orden mundial multipolar” en el que Rusia quiere tener reconocido un papel destacado con su “zona de influencia” que exige en Europa una Ucrania neutral y desmilitarizada.
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