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La situación

Eurovisión y el pueblo soberano

«Pedro Sánchez nunca hubiera ganado la secretaría general del PSOE de no ser gracias a las primarias»

Está en el manual de cualquier gobierno en apuros el ejercicio de regatear para escapar de la presión a la que se siente sometido por sus problemas. Por tanto, es natural que Moncloa busque y rebusque hasta encontrar cualquier asunto, por menor o tangencial que resulte. Por ejemplo, que el presidente del Gobierno considere que el debate público esta semana debe de ser sobre el festival de Eurovisión, porque la alternativa es hablar de los casos de presunta corrupción.

El presidente ha mostrado su disgusto por la presencia de Israel en ese festival y, aún más, por el resultado del televoto en España, que aupó a la canción israelí al primer puesto. Ahora se cuestiona esa forma de votación popular, a pesar de que, en alguna medida, la inventó la televisión pública española en 2008, cuando se consideró que era una idea brillante y muy democrática poner en manos del pueblo soberano la elección del representante de RTVE en Eurovisión. Los ingeniosos guionistas de Buenafuente se percataron de que aquello tenía mucho potencial y se «apropiaron» de las votaciones, hasta colocar en Eurovisión al Chikilicuatre. Era lo menos que podía pasar.

Con el transcurrir del tiempo hemos tenido otros episodios pintorescos, como el del famoso Comité Federal del PSOE en 2016, cuando Pedro Sánchez perdió la secretaría general del partido después del escándalo que provocó una votación sin censo, ni control y con la urna escondida detrás de una mampara.

Luego llegó la irrupción de Podemos, que consiguió instalar en la política española las cuestionables bondades de celebrar elecciones primarias. Hoy, todos los partidos, incluido Podemos, las convocan, pero controladas por la cúpula, para que gane quien los que mandan consideran que debe ganar. Y se producen extravagancias tales como que los dueños de Podemos sometieran a votación de inscritos e inscritas si debían permanecer al mando después de comprarse un chalet en la sierra.

El propio Pedro Sánchez nunca hubiera ganado la secretaría general del PSOE de no ser gracias a las primarias, de ahí que resulte aparentemente contradictorio que ahora no le guste el voto popular en Eurovisión. Es el pueblo soberano.