Tribuna
El histórico crédito de España
La Monarquía Hispánica debía esgrimir su crédito o reputación ante tantos frentes a defender: Norte de África, Flandes, Camino Español o Filipinas
Con indiscutible acierto, nuestra Armada a través de su Instituto de Historia y Cultura Naval ha hecho coincidir una fecha histórica como es la del 1 de mayo de 1625, en la que una flota combinada hispano-lusa –Felipe IV– derrotó en Salvador de Bahía a los calvinistas holandeses que en mayo del año anterior la habían ocupado, con el «redescubrimiento» de un impresionante lienzo anónimo «Sitio y empresa de Salvador de Bahía», protagonista de la exposición que, con el título «Annus mirábilis», inauguró en el Museo Naval nuestro Rey –Felipe VI– el pasado 11 de abril. Realmente, este año 1625 fue significativo. Coincide esta toma de la entonces capital de Brasil con la recuperación de Génova, de los sitios y rendiciones de Breda y San Juan de Puerto Rico y la defensa de Cádiz ante una Inglaterra, nuevamente en guerra con España.
Como rara excepción, la conmemoración va teniendo amplio eco en nuestra adormilada sociedad. A ello han contribuido las revistas de Historia (1) y la prensa diaria (2), pero principalmente la singular y valiosísima obra «Historia sobre lienzo» (3), coordinada y editada por el catedrático de Historia de la Universidad Carlos III David García Hernán, presidente de la Asociación Española de Historia Militar, alma de la recuperación del óleo, propiedad actualmente de D. Alonso Álvarez de Toledo. Se une a esta obra el documental «Bahía 1625. Historia sobre lienzo», dirigido por Antonio Pérez Moreno.
Ciertamente, la pintura (3 x 1,62 metros) merece estos honores. Dedicada a «Don Fadrique de Toledo Ossorio, Capitán General de la Armada Real y Ejército del Mar Océano y Reino de Portugal, a XXX de abril año 1625, reinando Felipe IV», relata pormenorizados detalles de aquella expedición compuesta por 52 navíos «gruesos» –galeones, navíos y urcas– y 11 de menor porte –5 carabelas, 2 tartanas marsellesas y 4 pinazas vizcaínas–, sumando 1.185 piezas de artillería y 12.566 hombres entre marinería y soldados. Por parte española se habían integrado dos armadas (Mar Océano y Estrecho), las escuadras de las Cuatro Villas, de Vizcaya y Nápoles, junto a la importante de Portugal, mandada por D. Manuel de Meneses, que aportaría un tercio de la fuerza. Zarparían de Cádiz y Lisboa para concentrarse en Cabo Verde antes de atravesar el Atlántico y poner sitio a la plaza, a finales de marzo de 1625. Se rendiría esta un mes después, periodo que el lienzo recoge en un integrador «reportaje de la historia» con múltiples detalles que solo aquel barroco del XVII sabía captar y transmitir.
Lecciones aprendidas:
–Aun descuidando otros frentes, se decidió acertadamente actuar «con toda la fuerza posible y con suma brevedad». Así reza un principio táctico fundamental: ser el más fuerte en el momento y lugar oportunos.
–La Monarquía Hispánica debía esgrimir su crédito o reputación ante tantos frentes a defender: Norte de África, Flandes, Camino Español o Filipinas. No podía consentir que el gobernador de Brasil, D. Diego Hurtado de Mendoza, hubiese sido capturado y deportado a Ámsterdam. Sintetiza este concepto Lope de Vega en su laudatoria obra «El Brasil restituido»: nuestros enemigos deberán tomar conciencia –escribe– «del peligro que es tener/ a España por enemiga».
–Destacar el importante papel de los Tercios, que hoy Ejército y Armada no solo rememoran, sino que asumen sus valores. El primero, dándoles continuidad en unidades de la Legión y declarando como efeméride principal para 2025, «De Pavía a Breda (1525-1625) 100 años de preeminencia militar de los Tercios españoles en Europa». La segunda, con su Tercio de Armada aprovechando la conmemoración para revalorizar el papel de sus formaciones de Infantería de Marina. Un congreso celebrado el pasado abril reunió a 32 ponentes de 11 países bajo el lema «Operaciones anfibias: historia y prospectiva» y prepara, junto al CESEDEN, para el próximo 26 de septiembre, un seminario sobre «La relevancia de las operaciones anfibias en el escenario estratégico futuro». Podrá tener como testigos a los efectivos del Tercio de Armada que vienen de un escenario poco habitual para ellos: las nevadas montañas de Rumanía, pertrechados con blancos trajes Ghillie propios de las unidades de alta montaña, formando parte de uno de los ocho batallones multinacionales desplegados por la Alianza Atlántica en sus fronteras con Rusia. En este caso, desde la base de Cincu, próxima a Ucrania. Muchas unidades del Ejército conocen bien estos despliegues.
Al contemplar hoy cuatrocientos años de historia, constatamos que las guerras no han desaparecido. Que sigue siendo necesario proteger fronteras. Que el crédito, el respeto, el temor, del que nos hablaba Lope de Vega –hoy los llamamos disuasión– siguen formando parte de unos valores que debemos defender «a toda costa».
(1) Dossier. La aventura de la Historia. Núm. 318; (2) LA RAZÓN. Concha García. 8 de abril de 2025. Pág. 46; (3) Ed. Sílex. Octubre 2024
Luis Alejandre Sintes es general (r). Academia de las Artes y Ciencias Militares.