Y volvieron cantando
La izquierda en su encrucijada
Podemos y la plataforma «sumar» de Yolanda Díaz pueden llegar a las urnas protagonizando en carne viva una verdadera y auténtica guerra fratricida por la supervivencia
Resulta curioso el hecho de que las pasadas elecciones generales estuvieron marcadas por la división de las tres derechas, con el consabido resultado nefasto para este espectro político y apuntalando la permanencia de Sánchez en La Moncloa ya sin complejos ni insomnios, mientras que los próximos comicios a celebrar en diciembre pueden estar marcados en este caso por la división entre las tres izquierdas, o al menos por la concurrencia de tres opciones que, en el caso del espacio contiguo al PSOE como son Podemos y la plataforma «sumar» de Yolanda Díaz pueden llegar a las urnas protagonizando en carne viva una verdadera y auténtica guerra fratricida por la supervivencia, o lo que es igual, por los cargos y sillones tan mimosamente cuidados durante esta legislatura a pesar de las permanentes diferencias en el gobierno de coalición.
Díaz ha irrumpido en la batalla electoral a lomos de toda una batería mediática y propagandística bendecida desde La Moncloa, pero eso no exime a su proyecto de la posibilidad de acabar mostrándose como una gran pompa de jabón, sobre todo porque, cuando se carece de capacidad y entramado orgánico de partido, cuando llega la hora de la verdad no aparecen los que pegan los carteles. La vicepresidenta llega además con un discurso almibarado por el momento exento de propuestas contantes y sonantes y con una permanente sonrisa que llama a la felicidad pero que puede resultar burlesca para los ciudadanos que lo pasan realmente mal, un «talante del biquiño» que en poco se corresponde con cadáveres políticos dejados atrás por la vía de la traición, como un alcalde de el Ferrol, el propio Beiras ex BNG o los podemitas Bescansa y sobre todo Iglesias, cuya mano sigue meciendo la cuna de una formación morada especialmente sensible a lo que considera toda una operación para borrarles del mapa.
Es justamente el convencimiento en el entorno de Pablo Iglesias de que la coyuntura dará «sí o sí» con el regreso de la derecha al poder, lo que más juega en contra de un acuerdo a la izquierda del PSOE, sobre todo porque la verdadera batalla, se da por hecho que tendrá lugar tras los comicios generales, a la hora de ventilar quién o quiénes se hacen con la referencia del probable post sanchismo. En eso están los morados, pero claro, antes deberán evitar la desaparición en el test del «28-M». Veremos.
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