
Quisicosas
Kit Cerdán: papel higiénico, dentífrico y preservativos
«Hemos actuado con contundencia -dice- ahora es el momento de la Justicia», él, que ha puesto verde a la Justicia. Y luego sale María Jesús Montero: «Ese señor no es del PSOE».
Está exactamente donde estuvo Bárcenas, en la cárcel de Soto del Real y no me alegro, menudo trago entregar reloj y corbata, monedero y pertenencias y ponerse de lado para la foto. Es sórdido el kit que te dan para cubrir necesidades estrictamente animales, papel, pasta de dientes y condones, como si un ser humano no necesitase levantar la vista hacia el horizonte para sentirse algo: un libro, una colonia básica, no sé. Algo que incluya mente y aroma, sueño.
«Todos los y las socialistas estamos contigo y tu familia, Santos. Siempre. No vamos a dar un paso atrás ante los ultras y el acoso al que nos someten. No nos van a amedrentar. Abrazo fuerte compañero», sonroja el mensaje de hace un mes, desde el PSOE, que recuerda el «Sé fuerte, Luis». También esa obra de Angel Wagenstein, autor fallecido hace exactamente dos años, un 29 de junio en Sofía, «El Pentateuco de Isaac», en que advierte contra los peligros de idolatrar sistemas: «¿Cuáles son los nuestros ?¿Y cuáles son los otros? Al final da igual quien triunfe, porque la victoria será como una manta corta: si decides abrigarte los pies, quedará al descubierto el pecho». Hace sólo siete meses que Pedro Sánchez ratificaba como secretario de organización a Cerdán en el 41 Congreso del PSOE y justo en el mismo lugar, en Sevilla -caprichos del destino por la cumbre de la ONU- ha tenido que encarar su encarcelamiento. «Hemos actuado con contundencia -dice- ahora es el momento de la Justicia», él, que ha puesto verde a la Justicia. Y luego sale María Jesús Montero: «Ese señor no es del PSOE».
Que nadie piense que los pies no se le quedarán fríos por la manta corta, por ejemplo esos compañeros, Iñaki Gabilondo, Rosa María Artal, Maruja Torres, Manuel Rivas, Antón Losada, Rosa Villacastín, Cristina Fallarás, entre otros, algunos verdaderos maestros del periodismo, que salieron en un manifiesto a denunciar «la máquina del fango» y a defender al «presidente del Gobierno».
Hay demasiados votantes salpicados, si sumamos los socialistas a los de Sumar, los del BNG, ERC, Junts y el PNV. A las consultas de Alberto Núñez Feijóo para una moción de censura, los partidos todos han contestado prietas las filas. Todos, excepto Podemos. Me quedo con el chiste de Wagenstein sobre el judío que quiso reírse del polaco y le pagó diez zlotys por comerse una mierda. Se lamentó después de haber pagado y lo convenció para que se los devolviese si él se comía otra. Realizado el trato, el polaco espetó: «Oye, si los judíos sois tan listos ¿por qué diablos nos hemos comido sendas mierdas?» Y el judío se quedó callado.
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