Insensateces

Memoria

Rubiales, por cierto, tuvo la estrategia fácil: apelar al falso feminismo para salvarse

Tuve un jefe que me llamaba a su despacho para hablar de mi cuello. Tienes que ir al médico, igual tienes bocio. Lo tomé como un favor. Hasta que insistió. Te lo digo porque, mirándote, creo que lo tienes inflamado. Puerta cerrada. Ya me parecía rara tanta observación. Después me llamó para hablar de mi falda. Era demasiado corta. Deberías venir con algo más largo, un pantalón estaría bien. Y después me citó para decirme que no podía salir con el chico con el que salía, compañero de trabajo, que le llegaban cosas. Te han visto salir del cine con él. Yo tenía veinticuatro años. Después me tocó otro baranda que se ofreció a llevarme a casa en su coche y, en un semáforo, se me abalanzó. No es que tratara de besarme. Era otra cosa. No sé si me explico.

Todo eso que me pasó no estaba tipificado en el Código Penal en su momento. Y me callé. Lo siento mucho, todos los días. Siento no haber alzado la voz, siento no haber pegado un puñetazo en la mesa, siento no haber ido a algún despacho más alto. No creo que a ninguna mujer de mi edad le extrañe. No creo que a ninguna le suene ajeno. No creo a ninguna tía asombrada.

Todo esto viene a cuento porque a Jenni Hermoso se le está cuestionando su versión. Que si no es agresión sexual. Que si estamos locas. Que ella consintió y que es el sindicato y las taradas del coño los que la empujan a la denuncia contra Luis Rubiales ante la Fiscalía. Rubiales, por cierto, tuvo la estrategia fácil: apelar al falso feminismo para salvarse. Y es decir falso feminismo y ahí te llueven los apoyos de los becerros. Sabes que vas a ganar. Falso feminismo, qué maravilla, qué excusa, qué argumento para reunir a toda esa caterva de machirulos que están como locos por encontrar una cueva en la que tomar cervezas con sus mismos orangutanes. A Jenni se le ha examinado el sueldo, la vida, la pareja. Cómo vive, si sonríe, si no está en su casa encerrada. Si, aun así, abraza a sus amigas, si todavía disfruta.

Agresión sexual: Abuso de una situación de superioridad. ¿Les suena? Porque a mí me suena todo.