La situación

Entre Nixon y Trump

«No hay dos ambiciones equiparables, pero a Pedro Sánchez nunca le ha faltado la pasión por llegar a la montaña más alta»

El 9 de agosto de 1974, Richard Nixon reunió a sus colaboradores y funcionarios de la presidencia de Estados Unidos en un salón de la Casa Blanca. En pocos minutos abandonaría su cargo, después de dimitir por las consecuencias del caso Watergate. En un ambiente lúgubre y casi de funeral, Nixon dijo ante los suyos que «solo si has estado en el valle más profundo puedes saber lo magnífico que es estar en la montaña más alta».

El valle más profundo fue el de la derrota de Nixon frente a Kennedy en 1960, aunque profundizó en su caída cuando optó a ser gobernador de California y también perdió. Pero después, en 1968, por fin ganó la presidencia. Nixon sentía una ambición política incontrolable, y estaba dispuesto a perder mil batallas, con tal de ganar una. Pero, una vez alcanzada la montaña más alta, tuvo que dimitir por los escándalos que lo rodeaban.

No hay dos ambiciones equiparables, pero a Pedro Sánchez nunca le ha faltado la pasión por llegar a la montaña más alta. Ganó, contra pronóstico, las primarias del PSOE en 2014. Lo echaron por su deficiente gestión, pero compitió de nuevo y, otra vez contra todos, ganó. En las elecciones generales de 2015 obtuvo el peor resultado de la historia del PSOE. En las de 2016 batió ese récord negativo.

Pero nunca mostró miedo a la derrota, y se negó a irse. Hábilmente, convocó a las urnas en julio de 2023 para evitar que el partido abriera un debate sobre su gestión, cuando el PSOE se desplomó en las elecciones municipales y autonómicas de dos meses antes, perdiendo buena parte de su poder territorial.

Y ahora muestra su disposición a implorar la ayuda de Puigdemont para seguir en la cumbre, mientras los hombres más cercanos al presidente están en prisión, o a la espera de juicio, o sometidos a investigación interna en el partido por acoso sexual.

Solo hay que seguir las reglas expuestas por Donald Trump en «The Apprentice»: primera, atacar, atacar, atacar; segunda, no admitir nada y negarlo todo; tercera, pase lo que pase, proclamarse vencedor y no admitir nunca la derrota.