Canela fina

Nunca 7 escaños costaron tanto

«La amnistía, a cambio del plato de lentejas de siete escaños, es éticamente deleznable y políticamente aborrecible»

Es falso. Es mentira. Es una patraña. La Ley de Amnistía no se ha hecho con el fin de mejorar la convivencia en España. Para su investidura, Pedro Sánchez necesitaba los siete escaños de Puigdemont y ha concedido lo que el prófugo golpista exigía. Genuflexo ante el rebenque secesionista, el presidente del Gobierno ha retocado después el texto conforme a las imposiciones del amnistiado. Carlos Puigdemont regresará en triunfo a Cataluña y, en poco tiempo, proseguirá su marcha anticonstitucional para fracturar la unidad de España que tiene cinco siglos largos de Historia.

No se trata de debatir sobre si la amnistía puede ser o no ser constitucional. Se trata de proclamar que la amnistía, a cambio del plato de lentejas de los siete escaños secesionistas, es éticamente deleznable y políticamente aborrecible. Estaba claro desde el primer momento –y así se ha reiterado muchas veces en esta sección– que Pedro Sánchez se plegaría a todas las exigencias del amnistiado porque necesitaba sus siete escaños para la investidura en el Congreso de los Diputados y los precisa ahora para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. «La ambición de poder carece de medida –escribió Johann Wolfgang Goethe en Aprendiz de brujo, cuando triunfaba el Sturm und Drang– y se multiplica si el beneficiado es un hombre mediocre».

Con notable entusiasmo, Alberto Núñez Feijóo, ha embestido la muleta con que Pedro Sánchez le citaba sobre el albero del ruedo ibérico, aceptando su relato sobre el debate jurídico de la amnistía. El líder liberal-conservador lo ha trasladado, incluso, a Europa, cuando el problema consistía en el miserable do ut des de una política rastrera, dispuesta a fragilizar la unidad de España a cambio de unos meses más en el poder. Seguro que Feijóo ha actuado con su mejor buena voluntad. Pero con una gran torpeza, una inmensa torpeza. A través de los medios afines al sanchismo, el líder socialista ha construido un relato falaz que no sólo se ha tragado una parte de la opinión pública sino también muchos de los dirigentes populares.

El Estado de Derecho que se construyó en 1978, el de la concordia y la conciliación entre los españoles, ha concluido. Pedro Sánchez está ya en camino de edificar una España diferente que contemplará cómo se intenta despedazar su unidad territorial y se quebranta su Historia.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.