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Sin Perdón

Otra importante derrota del Gobierno

«La posición de Puigdemont y su equipo ha sido muy acertada, porque rechazan una medida populista que es perjudicial para la economía y la creación de empleo»

El Gobierno y los sindicatos al servicio del sanchismo, UGT y CC OO, muestran una soberbia que siempre me sorprende. Nunca reconocen ningún error, sino que todo es culpa de los demás. Se arrogan la representación de los españoles, como si el resto fueran partidos u organizaciones marginales. No hay diálogo social sin tener en cuenta a la CEOE, que representa a la gran mayoría de empresarios. Es cierto que resulta difícil alcanzar acuerdos con el sector más radical del Gobierno encabezado por Yolanda Díaz, que cabe recordar que es comunista. Por tanto, no se puede esperar ningún atisbo de moderación en una de las ideologías más deleznables y peligrosas de la Historia. No hay ningún país del mundo que haya sido o esté gobernado por el comunismo en el que haya existido progreso y se hayan respetado los derechos humanos y las libertades públicas. Al igual que el nazismo y el fascismo, ha provocado auténticos horrores y exterminios brutales. Por ello, no entiendo que alguien pueda sentirse orgulloso de ser comunista. Es un gran acierto que los partidos de la oposición y la CEOE rechacen la reducción de jornada que promueve Yolanda Díaz con la ayuda de CC OO y UGT, los sindicatos del pesebre.

Es positivo que existan sindicatos y es acertado que estén incluidos, al igual que las organizaciones patronales y los partidos, en la Constitución, pero no lo es que sean la correa de transmisión de las formaciones de izquierda. Otras veces he criticado la profesionalización de los liberados sindicales, donde existen auténticos abusos, así como que no son agentes al servicio de los trabajadores, sino de un sistema caduco de castas profesionales. Estas críticas no me hacen muy popular entre sus dirigentes, pero me gustaría que los sindicatos no fueran «propiedad», dicho irónicamente, del PSOE y Sumar. Es lógico que mucha gente esté encantada con reducir todavía más la jornada laboral. Nada más grato para muchos que trabajar poco cobrando lo mismo o más. La posición de Puigdemont y su equipo ha sido muy acertada, porque rechazan una medida populista que es perjudicial para la economía y la creación de empleo. En cualquier caso, es lógico que el centro-derecha no acepte ser una marioneta de la izquierda radical.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)