A pesar del...

Pensiones Warren: ni justas, ni sostenibles

Con el escándalo de la amnistía y la investidura, ha quedado oscurecido un camelo importante que tiene que ver con el capítulo crucial del Estado de bienestar: la Seguridad Social

La mentira fundacional del socialismo, ya desde el capítulo 24 del primer tomo de «El Capital», es alegar que su aplicación representará el paraíso para la masa del pueblo, solo a costa de expropiar a un «puñado de usurpadores». Ilustra bien la mendacidad progresista Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, y que es capaz de todas las contorsiones con tal de mantenerse en el poder.

Con el escándalo de la amnistía y la investidura, ha quedado oscurecido un camelo importante que tiene que ver con el capítulo crucial del Estado de bienestar: la Seguridad Social. En efecto, Warren y sus secuaces sostuvieron enfáticamente que su reforma previsional se traduciría en pensiones justas y sostenibles, cuando no son ni una cosa ni la otra.

Solo la politización de la noción de justicia, algo típico del socialismo de todos los partidos, permite calificar la reforma de justa, porque su fundamento descansa en la opción política de (supuestamente) proteger a los pensionistas mediante el expediente de castigar (realmente) a los trabajadores.

Los pensionistas no están protegidos porque, incluso con el sablazo a los cotizantes, las cuentas de Warren no salen –salvo, claro está, las cuentas políticas, que son las únicas que realmente le importan–. Comprendo la irritación de los socialistas, siempre envueltos en la bandera de la ciencia, ante la desagradable sorpresa de que los economistas no han avalado su reforma, y desde el BBVA hasta Fedea han denunciado que los cálculos oficiales infravaloran la disminución del gasto y el incremento de los ingresos del sistema público de pensiones. Analistas de todas las adscripciones ideológicas se han limitado a hacer los números para concluir que los de Warren son muy dudosos, y que descansan sobre hipótesis heroicas acerca del aumento del número de empleados y cotizantes.

Parece infundada, en efecto, la reivindicación de haber rellenado la hucha de las pensiones cuando Warren dejará el sistema –lo apuntó Domingo Soriano en Libertad Digital– con el doble de deuda. Lo que está muy fundado, en cambio, es que el PSOE, pretendidamente el partido de los obreros, aunque alegue, como Marx, que solo sableará a los ricos, proyecta hostigar con más impuestos a los empresarios, los trabajadores y los autónomos.

En suma, en lo relativo a las pensiones, Warren Sánchez no dice la verdad. Tampoco.