Sin Perdón
El plan «mordaza» sanchista
«No hay una máquina de fango, sino medios que publican noticias y jueces que defienden el imperio de la ley»
Al presidente del Gobierno no le gusta que le critiquen. Ha entrado en una deriva autoritaria inquietante. Este martes aprobará un «plan de acción por la democracia» que nadie le ha pedido y que solo busca amordazar a jueces y periodistas que le resultan incómodos. No encuentro otra explicación. El nombre elegido no puede ser más pomposo y absurdo. La democracia en España no está en peligro a pesar de que gobierna con la ayuda de unos socios tan poco recomendables como son los comunistas, los antisistema, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de la banda terrorista ETA. Este plan refleja su desesperación ante un escenario parlamentario incierto, aunque se ha rodeado de palmeros que le ríen todas las gracias. Es el PSOE del pensamiento único. No hay más que acudir al despropósito jurídico y constitucional de la amnistía que es un ataque contra el Estado de Derecho y la separación de poderes. Otra muestra es su compromiso de ceder la soberanía fiscal a Cataluña para comprar los votos que permitieron que Illa fuera presidente de la Generalitat. Es cierto que Marta Rovira ha hecho el ridículo y que la normalización institucional la pone en evidencia como una auténtica «botifler».
Sánchez se debería leer el magnífico «Informe sobre el Estado de Derecho 2024» elaborado por la fundación Hay Derecho. El equipo liderado por Elisa de la Nuez y Germán M. Teruel disecciona, entre otros asuntos, los graves problemas que afectan a los poderes Legislativo y Judicial, al Ministerio Fiscal, la falta de transparencia y la politización de los órganos constitucionales. Es bochornoso que Sánchez quiera aprobar un plan para fortalecer la democracia cuando tiene a Conde-Pumpido rodeado de magistradas que están más ocupadas y preocupadas de servir al proyecto sanchista que al Estado de Derecho. La ignominia de la amnistía es la mejor respuesta al falso proyecto regeneracionista del presidente del Gobierno, que se debería preocupar de la corrupción sistémica en el PSOE como estamos viendo con el caso Koldo. Su colaborador más estrecho, el exministro Ábalos, hacía los viajes oficiales acompañado de una amiga especial. No hay una máquina del fango, sino medios que publican noticias y jueces que defienden el imperio de la ley. Hay que rechazar con firmeza este peligroso plan de Sánchez.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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