Canela fina
Prevenir, no curar
«La gran política, según Piketty, consiste en prevenir, no en curar. El caos en los trenes y en Barajas se podría haber evitado»
Thomas Piketty, en uno de sus libros clave, El capital en el siglo XXI, explica que la política seria no consiste en curar sino en prevenir. No sería mala cosa que las ministras y ministros de Pedro Sánchez leyeran con atención a Piketty y se esforzaran por prever lo que puede ocurrir, en lugar de precipitarse a arreglar lo que se pudo evitar.
Una nación, meca del turismo universal como es España, no debe permitirse el deterioro del transporte ni por tren ni por avión. Lo que ha ocurrido en los últimos días debería haberse previsto y evitado. La responsabilidad corresponde a los ministros, es decir, a un Gobierno que tiene puestos sus ojos en el horizonte de Pedro Sánchez y su permanencia en el poder. Ni se administra ni se gobierna. Se sobrevive.
No solo Piketty, también Winston Churchill en sus memorias, asegura que la gran política consiste en prevenir, no en curar. Era relativamente fácil prever la aglomeración de viajeros en el aeropuerto de Barajas, uno de los mayores del mundo y enlace preferido con las naciones de Iberoamérica. Estaba clara la necesidad de robustecer el personal que diera salida ordenada a la multiplicación de los viajeros. Apenas se ha hecho nada. Las secuencias que las cámaras de televisión han transmitido al mundo deterioran gravemente la imagen de España. La gente acepta que las huelgas y las catástrofes naturales puedan quebrantar el servicio del aeropuerto. Pero no la inepcia. Durante largos años, España ha sido un ejemplo de eficacia en la atención al turismo. El Gobierno parece esforzarse en emborronar un prestigio que, si se perdiera, sería muy costoso restablecer.
La situación ferroviaria, que además de al turismo afecta al ciudadano medio español, roza la incongruencia. No se ha previsto lo que técnicamente podía suceder, no se han dado explicaciones, no se ha atendido adecuadamente a los afectados, se ha arrollado la seriedad y el rigor que durante muchos años han acompañado al transporte por tren en España. Y llevará tiempo solucionar los problemas que zarandean a nuestros ferrocarriles y que van desde el mantenimiento riguroso a la previsión de cuestiones técnicas, que es necesario atender antes de que puedan derivar en el caos.
Prevenir, no curar. Prevenir para no tener que curar. Prevenir, en fin, para hacer la política rigurosa que preconiza Thomas Piketty.
Luis María Anson de la Real Academia Española