
«De Bellum luce»
Que no cante la gallina
La versatilidad de quien no tiene ningún principio que no esté sometido a su revisión es un arma increíblemente poderosa
¿Cómo llamarían a alguien que sigue en el poder sin tener apoyos parlamentarios para gobernar y que tampoco tiene apoyos para convocar elecciones y ganarlas? Él se puede creer que está legitimado para actuar casi como un jefe de Estado, pero a mí si me ocurren otros adjetivos para denominarle. Esto, lo de no poder sostenerse en el Parlamento ni tampoco en las urnas, es lo que justifica que el presidente del Gobierno haya optado hasta ahora por no someter al control del Congreso un giro histórico en el gasto en Defensa y que haya optado también por confirmar definitivamente que no presentará los Presupuestos. Si ese proyecto viera la luz, se le acabaría el juego de esconder la mano para no tener que tirar la piedra.
De cómo se está gestionando en España todo lo que tiene que ver con el debate sobre la defensa y la seguridad resaltan las mentiras que nos cuentan para hacernos creer que están hablando de un plan que encaja perfectamente en lo woke (totalmente demodé en estos días), un plan no de rearme, sino inofensivo, y que nos servirá para convertirnos en un país de startups especializadas en tecnología en seguridad y muy comprometidas con el medio ambiente. Y un apunte fundamental de esta agenda de la mentira es eso de que además podremos gastar millones y millones de euros sin tener que subir los impuestos; por supuesto, sin tocar el gasto social; y, todavía más por supuesto, sin que crezca nuestra deuda.
En un tiempo en el que releer a Stefan Zweig y su «El Mundo de ayer» se hace más necesario que nunca, si quien te gobierna comete el traspiés de llamar operaciones de paz a la guerra, y seguridad al rearme, hay que empezar a acumular rollos de papel del WC no vaya a ser que esas «operaciones de paz» nos pillen a todos fuera de juego por dejarnos llevar por los amables cantos de sirena que nos acunan.
Aunque si yo tuviera que hacer una apuesta, pese a todo lo descrito, pondría sin ninguna duda mi dinero en la bola de «Sánchez, lo conseguirá de nuevo». La versatilidad de quien no tiene ningún principio que no esté sometido a su revisión es un arma increíblemente poderosa, casi tanto como la Fuerza Fénix, esa entidad cósmica con un poder ilimitado. Pedro no es Jean Grey, pero seguro que se lo cree.
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