
«De Bellum luce»
¿Por qué se comportan como culpables?
Entre tantas malas noticias, por lo menos están contentos porque los datos les dicen que entre su militancia sí está calando el mensaje de que Pedro y Begoña son víctimas de una «guerra fascista» capitaneada esta vez por las togas
Álvaro García Ortiz nunca acabó de entrar bien en el traje del cargo para el que le eligió Pedro Sánchez. Dicen quienes le trataban que le vino grande desde el primer momento, y la vía más fácil para contener esos déficits fue aclimatarse al contexto político del momento. Por lo que sea se equivocó al no tener presente que el fiscal general del Estado no está, en ningún caso, para participar, presuntamente, de operaciones políticas que incluyen desvelar información confidencial para derrotar al adversario, y hay errores en política, como en la vida, que no tienen marcha atrás.
La Moncloa también ha cometido un error de los que no tienen marcha atrás al precipitarse con el anuncio de una reforma para limitar las acusaciones populares con carácter retroactivo, lo que evoca los dos casos que más quebraderos de cabeza están dando al Ejecutivo de coalición: el fiscal y la esposa del presidente del Gobierno.
Y va a ser que tiene razón el ministro que se pregunta en alto, con cierta inocencia fingida, que «si todo está bien, ¿entonces por qué nos comportamos como si fuéramos culpables?». Lo dice porque no entiende el comportamiento del fiscal, que se borren móviles, que se borren mails, que se improvisen reformas legales retroactivas, y que se negocie indirectamente con delincuentes. Puede hasta que acabe confirmándose que en el trío Aldama-Ábalos-Koldo no hay basura delictiva que afecte a otras instancias del Gobierno fuera de los muros de ese triángulo. Pero es que hasta en este tema se han hecho negaciones que vuelven a la tesis de la pregunta, «si todo está bien, ¿entonces por qué nos comportamos como si fuéramos culpables?».
El mismo ministro también se teme que el fiscal general del Estado o la esposa del presidente puedan ser solo dos piezas más en caer del dominó, pero no las últimas. Y es que ocurre que algunos en La Moncloa están en preparar el terreno por si a la «jauría de los jueces» se les ocurre apuntar en su «cacería» directamente contra el presidente del Gobierno. Entre tantas malas noticias, por lo menos están contentos porque los datos les dicen que entre su militancia sí está calando el mensaje de que Pedro y Begoña son víctimas de una «guerra fascista» capitaneada esta vez por las togas. Y por qué no aspirar a que con un poco más de «calentamiento» esto no acabe siendo otro chaleco protector que salve de nuevo al líder socialista de la «última bala».
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