Eleuteria

RTVE

El PSOE desea entrar en el accionariado de Telefónica y de otras compañías privadas para controlarlas e instrumentalizarlas en su propio provecho partidista, como con RTVE

El Gobierno PSOE-Sumar tiene desde hace meses a El Hormiguero en el punto de mira: no puede soportar que, desde un programa de máxima audiencia, se dirijan en ocasiones críticas contra su excelsa labor política. Pero como, de momento, todavía no cuentan con capacidad para censurar a la disidencia, han optado por una vía más imaginativa: emplear la televisión pública, costeada por el dinero de todos los contribuyentes, para contraprogramar a Pablo Motos con un espacio, La Resistencia de David Broncano, que pueda restarle audiencia. El problema es que las condiciones económicas que reclamaba Broncano (14 millones de euros por temporada y una garantía mínima de entre dos y tres temporadas) eran disparatadas incluso para quienes disparan con pólvora del rey.

Por eso, este pasado martes, la entonces presidenta del ente público cesó a su director de contenidos, José Pablo López (obsesionado con cumplir las órdenes de Moncloa y fichar a Broncano a cualquier coste), momentos antes de ser ella misma cesada por un Consejo de Administración controlado por los propios de los principales partidos políticos españoles. Y ayer ese mismo Consejo de Administración escogió, con los votos de los subalternos de PSOE, PCE, Podemos y PNV, una nueva presidenta: Concepción Cascajosa, autodeclarada militante del PSOE que, además, considera que su labor profesional ha de estar condicionada por su ideología.

Así se manifestó Cascajosa en una comparecencia en el Congreso: «¿Tengo alguna relación con algún partido político? Sí, soy militante del PSOE y, en este sentido, considero que esa militancia forma parte de mi compromiso social y de mis ideas que son progresistas (…) Considero que eso manifiesta un compromiso con unas ideas que tengo y que obviamente considero que forma parte de mi vida profesional defender». Es decir, que no sólo se trata de que hayan colocado al frente de RTVE a una persona que tiene el carnet de militante del PSOE en la boca, sino que ha proclamado a los cuatro vientos que pretende instrumentalizar RTVE para promover su ideología socialista. Es decir, los que empezaron vendiéndonos que RTVE debía ser independiente y neutral han acabado convirtiéndola en un órgano de propaganda del partido.

Y ése es exactamente el mismo motivo por el que el PSOE desea entrar en el accionariado de Telefónica y de otras compañías privadas: para controlarlas e instrumentalizarlas en su propio provecho partidista.