Canela fina
«Salvo en la amnistía, Puigdemont cederá en todo»
«No es sólo Sánchez el que, a cambio de permanecer en Moncloa, está dispuesto a hacer todas las concesiones. También Puigdemont, a cambio de regresar libre a Cataluña, está dispuesto a ceder en todo menos en la amnistía»
Me lo dijo un amigo de Carlos Puigdemont, de cuyo nombre no debo acordarme: «En Madrid sois muchos los que pensáis que Pedro Sánchez, con tal de mantenerse en el poder, está dispuesto a aceptar todas las exigencias de Puigdemont. En Barcelona somos muchos los que sabemos que Carles, salvo en la amnistía, está dispuesto a ceder en todo. Quiere regresar a Cataluña y le espanta pasar por el calabozo, el juicio, la cárcel de nuevo y el indulto».
Es probable que Pedro Sánchez tenga cerrado el acuerdo con Carlos Puigdemont y que las exigencias de unilateralidad, de autodeterminación y referéndum sean un paripé de cara a la opinión pública. El presidente en funciones justificará la amnistía con los sofismas adecuados y dedicará su verborrea a explicar cómo ha vencido en todo lo demás. Puigdemont habrá ganado el envite esencial, es decir, la amnistía, y las otras exigencias, incluido el referéndum, las mantendrá nada más llegar a Barcelona libre y en triunfo.
Ciertamente, el temor a nuevas elecciones condicionará a los demás partidos de la alianza parlamentaria, pero seguramente no impedirán la investidura de Sánchez. O sí. En eso radica el problema para el sanchismo. Todo está calculado y bien calculado, sin embargo, Puigdemont carece de control real sobre muchos de los escaños secesionistas catalanes. Un PNV enrabietado le contempla, además, desde el País Vasco. Pedro Sánchez se puede encontrar con la fractura de una operación que está calculada y bien calculada, que está atada, aunque no sólidamente atada. «El voluntarismo político –afirmaba Azaña– es muchas veces engañoso».
El amigo de Puigdemont, de cuyo nombre no debo acordarme, lo tiene, sin embargo, bien claro. Ha pedido el oro y el moro, pero se conformará con la plata de la amnistía. Y Pedro Sánchez, que busca sancionar la jugada acordada con Carlos Puigdemont, ha desplegado a un ejército de juristas, políticos, historiadores y periodistas para justificar la constitucionalidad de la amnistía, sabiendo que dispone de un Tribunal Constitucional afín a sus propósitos. Francisco Cambó escribió en El pesimismo español: «Las maniobras políticas están destinadas al fracaso si no se las respalda con la opinión pública o con el apoyo de los expertos».
Luis María Anson,de la Real Academia Española
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