Al portador

Tito Berni contra la inteligencia artificial

«El caso "Mediador" es también una apoteosis del morbo y de lo cutre, que recuerda los tejemanejes de Luis Roldán»

José Ortega y Gasset (1883-1955), que en este país tenía opiniones y soluciones para casi todo, advirtió de que «la democracia del gesto, del corazón y la costumbre es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad». El caso «Mediador», de repente, emerge como la herida que sangra en el pie después de un disparo propio de los socialistas y en el peor momento. Puede ser «un asunto de tercera», pero lo tiene todo para afectar a la línea de flotación del PSOE y del Gobierno: Un exdiputado socialista obligado a dimitir, Juan Bernardo Fuentes, «Tito Berni»; comisiones, por ahora cutres, por favores o por gestiones dudosas al amparo del poder; idas, venidas, reuniones, comidas, cenas, alcohol y putas, y hasta un general de la Guardia Civil en medio del lío. Hay algo que recuerda a los escándalos de Luis Roldán (1943-2022), exdirector general de la Benemérita, huido de la Justicia y autoentregado en Laos. Puro morbo, al que hay que añadir que «Tito Bernie» fue, hasta su dimisión, portavoz adjunto del PSOE en la Comisión de Hacienda del Congreso y, como tal, ponente de muchas de las últimas normas fiscales aprobadas, incluidas las que han llevado –al margen de otras razones– a Ferrovial a mudar su sede a Holanda, algo –y eso sí le preocupa a Sánchez, obsesionado con su imagen europea– que estaba ayer en la portada digital del Financial Times. Ahora, nadie, ni el ínclito Tezanos, puede calcular el impacto electoral del caso «Mediador», pero en el PSOE algunos creen que no dejan de crecerles los enanos. No será decisivo, porque los casos de corrupción casi nunca horadan la fe o los intereses de la parroquia más fiel, pero aleja a los indecisos y a los dudosos y ahora hay muchos. Los socialistas, expertos en aprovechar los escándalos ajenos saben que gestionar lo de «Tito Bernie» es un empeño casi imposible, como demostró un descompuesto Patxi López antes las preguntas obvias de la prensa. Está de moda –hay colegas que la han utilizado de prueba– una aplicación de Inteligencia Artificial, Chat-GPT, capaz de escribir como si fueras tú mismo un artículo inmaculado. Es todo un hito, pero dudo de que ninguna Inteligencia Artificial sea capaz todavía de enhebrar y desarrollar un enredo como el de «Tito Berni» y todo ese «peligroso morbo» del que advertía Ortega.