El trípode
Transhumanismo y transexualidad
Desde el comienzo de la creación, al hombre le ha acompañado el deseo de despojarse de su naturaleza corpórea con las limitaciones que las enfermedades y minusvalías físicas y psíquicas imponen hasta su muerte.
Nos encontramos inmersos en un mundo en pleno desarrollo de la revolución digital, que ha transformado la vida humana en su dimensión personal y social hasta un nivel inimaginable apenas unas décadas atrás, cuando estos cambios se consideraban exclusivos de la ciencia ficción. Tanto en el género literario como en el cinematográfico, hemos conocido obras de seres extraterrestres con dones extraordinarios que nos visitaban, y guiones en los que la consecución de la anhelada inmortalidad para los terrestres era conseguida también por medios científicos. En realidad, desde el comienzo de la creación, al hombre le ha acompañado el deseo de despojarse de su naturaleza corpórea con las limitaciones que las enfermedades y minusvalías físicas y psíquicas imponen hasta su muerte. Ya en el relato del Génesis se narra la caída de nuestros primeros padres por la insidiosa tentación de desobedecer la orden del Creador de gozar del paraíso terrenal sin comer del fruto del «árbol de la ciencia del bien y del mal» porque «perecerían». En la exégesis bíblica del texto puede entenderse perfectamente que ese árbol y su fruto representan la exclusiva potestad de Dios de establecer el bien y el mal, condenando el subjetivismo y relativismo moral. Sin embargo, el tentador les dice que esa prohibición se les impone no porque morirían en caso de comer de ese fruto, sino porque al hacerlo serían «como dioses».
Este mismo relato es el que estamos viviendo ahora con el transhumanismo, que es una ideología que pretende conseguir unos seres poshumanos no sometidos a esas limitaciones de nuestra corporeidad. Por supuesto, la inmortalidad es el objetivo último, para lo cual y a la espera de conseguirla, ya se puede realizar la oportuna hibernación por parte de aquellos que tienen los recursos necesarios para pagarla. Es una ideología radicalmente opuesta a la concepción natural y cristiana del hombre, reflejada como vemos en el Génesis. Albert Cortina, experto estudioso de esta ideología, ha publicado la obra «Transhumanismo: la ideología que desafía a la fe cristiana», cuya lectura es muy aconsejable en estos tiempos en los que la ideología de género, que es una concreta aplicación del transhumanismo con la autodeterminación de género, campea como una peligrosa amenaza para el futuro de la humanidad. Aumenta nuestra preocupación constatar cómo España nuevamente es país escogido para su implantación social, al igual que ya sucediera con otra iniciativa legal en sintonía con esta. El sanchismo es el instrumento político utilizado para que el transexualismo sea una realidad. Ponerse de perfil no es una respuesta adecuada frente a esta peligrosa ideología.
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