Aunque moleste
Trump y la guerra en Europa
Es mejor la guerra fría que una guerra de verdad: en eso Trump aventaja a Biden
Todo parece indicar que el Supermartes de hoy consolidará las opciones de Donald Trump como candidato a la Casa Blanca, siempre que lo permitan los tribunales y, sobre todo, «el pantano», según le gusta decir al líder republicano. El que fuera 45 presidente de EE.UU. avanza holgado en las encuestas no sólo frente a su rival más cercana en las filas del Old Party, Nikki Haley, sino ante un provecto, quemado y torpe Joe Biden, tremendamente impopular en la calle por la marcha de la economía americana.
Trump sigue diciendo que en 2020 le robaron las elecciones mediante el doble fraude en el voto por correo y el sufragio electrónico, algo que no ha podido demostrar en los tribunales, lo que el magnate justifica por la infiltración del «estado profundo» en los mismos. Un «deep-state» al que acusa de mover las siete causas actualmente abiertas contra él para evitar que vuelva a presidir América.
Batalla electo-judicial al margen, Trump está también en el ojo del huracán por entender Europa que de volver a la Casa Blanca dejará tirada a Ucrania en la guerra con Rusia, y avanzará hacia la disolución de la OTAN. Cierto que el republicano dijo días pasados, en una de sus provocaciones habituales, que una vez sea de nuevo presidente «alentará» a Putin a «hacer lo que quiera» con los países «morosos» de la Alianza, lo que escandalizó en las cancillerías europeas. Mas allá de la exageración, el fondo de lo que plantea es que Europa tiene que pagar su Defensa, y que si quiere estar segura frente a Putin, no va a tener más remedio que invertir en disuasión, lo que sólo se consigue contando con mayores arsenales de armas y efectivos.
El rearme ante la eventualidad de un hipotético conflicto armado en el Viejo Continente parece completamente inevitable, de ahí que llevemos semanas con el ruido de los tambores de guerra, aireando unos la amenaza nuclear de Moscú y otros la necesidad de enviar tropas a Ucrania para evitar que Rusia siga avanzando en los diferentes frentes.
Pensar que el magnate va a incitar a que Putin invada países de la OTAN parece ridículo, por mucho que así lo haya expresado literalmente. Lo que en realidad quiere es que la UE pague más. Y tal vez acabar con una guerra, la de Ucrania, que él considera nunca se debió haber desatado, por entender que buena parte de la culpa la tiene Biden. ¿Por qué Biden? Amén de por los intereses económicos en aquel país de su hijo Hunter y de Soros, el gran patrocinador del Partido Demócrata, por la provocación que a juicio de Trump supuso abrir la puerta al ingreso de Ucrania en la OTAN.
Pese a su fama de bocazas, una de las cosas que está en el haber del ex presidente es haber evitado las guerras, sin que eso significara merma de autoridad frente a los enemigos de América. Todo lo contrario que Biden, que carga con la penosa huida de Afganistán y fue incapaz de solventar lo de Ucrania por la vía de la negociación, como hicieron Kennedy y Jrushchov en los 60 al acordar la retirada simultanea de misiles de Cuba, Turquía e Italia, evitando así una hecatombe nuclear. Era la guerra fría, que siempre es mejor que una guerra de verdad.
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