Sin Perdón

¡Viva la Princesa de Asturias!

«Al igual que su padre, será la depositaria de una tradición milenaria de la que nos podemos sentir muy orgullosos»

Los españoles nos podemos sentir muy orgullosos por la labor que realiza la Jefatura del Estado. El carácter ejemplar de la institución es una realidad incuestionable, así como la eficacia de Felipe VI y la Reina Letizia. La princesa de Asturias había mostrado que era una digna sucesora de sus padres, pero su juramento ha confirmado que reúne las condiciones para asumir la más alta magistratura del Estado cuando llegue el momento. Con humildad pidió que "confíen en mí, como yo confío en el futuro de España". Al igual que su padre, será la depositaria de una tradición milenaria de la que los españoles nos podemos sentir muy orgullosos. Por supuesto, como cualquier nación con una historia tan rica y fructífera no ha sido una trayectoria perfecta. Ninguna obra humana lo es. Lo importante es el impresionante y positivo balance que podemos hacer de estos siglos de Historia. No hay que caer en la autocomplacencia o el ejercicio de un servilismo cortesano, pero tampoco en ese republicanismo casposo de los independentistas, los comunistas, los antisistema o los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA que son, desgraciadamente, los aliados de Sánchez para conseguir la investidura.

Lo único importante es que España tiene un gran futuro. La unidad de la nación es capaz de afrontar con éxito los deseos disgregadores de unas minorías formadas por fanáticos extremistas que quieren acabar con el ordenamiento constitucional. La Princesa Leonor es una joven de su tiempo, como en su día lo fueron sus padres, que afronta la decisiva etapa de su formación para dentro de unas décadas ser la Reina de España. Un factor fundamental de la Corona es su capacidad de adaptarse a los cambios de una sociedad tan dinámica y moderna como es la española en el marco de la Unión Europea. Felipe VI ha modernizado la institución y ha impulsado la transparencia, como ha sucedido en las monarquías y las repúblicas de nuestro entorno, tal como esperaba la sociedad. La Corona cuenta con el con el respeto y la admiración de la gran mayoría de los españoles, porque desarrolla su papel institucional de forma ejemplar.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)