Escrito en la pared

¿La vivienda nos enriquece?

Para que conste entre los izquierdistas y los seguidores de Piketty, resulta que las diferencias entre nosotros y los ricos de verdad se han reducido por la sencilla razón de que, entre estos últimos, las propiedades inmobiliarias tienen un menor peso dentro de su patrimonio

Y yo sin enterarme. Resulta que desde la pandemia me he estado enriqueciendo sin darme cuenta. Y como yo millones y millones de europeos y, por supuesto, de españoles. El asunto tiene su aquél porque sólo cuando al Banco Central Europeo se le ha ocurrido hacer una estadística experimental sobre la riqueza en la zona del euro, se han desvelado los datos correspondientes. El BCE nos ha dicho a los propietarios de viviendas –o sea al 70 por ciento de los que formamos un hogar en Europa– que nuestra riqueza ha aumentado un 21por ciento en promedio, mientras que la de los que viven de alquiler lo ha hecho sólo a la mitad. Y todo gracias a la inflación que, por cierto, esa misma autoridad monetaria desencadenó creando dinero a mansalva. Así que, según parece, le tenemos que estar agradecidos aunque lo que entra todos los meses en nuestra cuenta da de sí cada vez menos para cubrir nuestros gastos. En resumen, tenemos más riqueza, pero eso no nos saca de pobres o de medio pudientes. ¡Qué bien! Y además, para que conste entre los izquierdistas y los seguidores de Piketty, resulta que las diferencias entre nosotros y los ricos de verdad se han reducido por la sencilla razón de que, entre estos últimos, las propiedades inmobiliarias tienen un menor peso dentro de su patrimonio.

En España todo esto se ha magnificado. La riqueza inmobiliaria ha aumentado un 25 por ciento, cinco veces más, por ejemplo, que en Italia. Claro que aquí los precios se han disparado debido a que, desde hace muchos años, se construyen pocas viviendas aunque la aparición de nuevos hogares no ha dejado de crecer –estaba en 50.000 hace una década y en el último año ha llegado a 275.000–. Y claro, en esas circunstancias, los precios inmobiliarios han aumentado, según del Banco de España, un 56 por ciento en ese mismo período de tiempo. El lector se hará una idea clara sabiendo que en 2023 se entregaron 110.000 viviendas nuevas y que, por tanto, con respecto a los nuevos hogares hubo un déficit de 165.000. Así que los que mandan déjense de monsergas con la riqueza y echen paletadas a la construcción.