A pesar del...

Warren y el derecho a ver

Ni una sola reflexión suscita en Warren y sus secuaces el hecho de que los Gobiernos no «ayudan» sino que extraen dinero de sus súbditos

En la España progresista no funcionan los trenes y se corta la luz, mientras que la famosa honradez de la izquierda no está ni se la espera. Pero Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las repuestas, reforzará todos sus recursos demagógicos con el cuento de los derechos.

Habrá 100 euros para que los menores de 16 años puedan adquirir gafas o lentillas. Warren justificó la medida para evitar la «exclusión social», y declaró: «Que un niño pueda ver bien la pizarra de su colegio no puede depender del bolsillo de su familia». La ministra Mónica García anunció: «Hoy España inaugura un nuevo derecho: el derecho a ver bien». Incluso pontificó: «Las gafas deben ser un derecho universal a todas las edades». El editorialista de El País saludó la iniciativa, porque la vista es un «problema de salud pública», y el lince Warren acomete la respuesta a «una cuestión de equidad social e igualdad de oportunidades».

Ricardo T. Lucas denunció en Expansión lo que llamó «la hipocresía sanitaria del Gobierno», puntualizando: «está en el manual del buen populista usar el dinero público para tratar de tapar cualquier escándalo que le afecte». Por poner solo una muestra de este fingimiento, la izquierda presume de abnegado cuidado del pueblo con la medida de las gafas, pero la Ley ELA «sigue sin aplicarse por falta de fondos».

En efecto, la iniciativa supuestamente progresista es una manipulación que no solo procura, como bien dice Lucas, desviar la atención de la corrupción socialista, sino ocultar otras cuestiones delicadas, como la lógica política que orienta el gasto público no en función de las necesidades de la gente sino de la conveniencia de las autoridades. Lógicamente, ni una sola reflexión suscita en Warren y sus secuaces el hecho de que los Gobiernos no «ayudan» sino que extraen dinero de sus súbditos, cuyos derechos son sistemáticamente ignorados. O cuya violación es justificada con peregrinos argumentos como el de la señora García, según la cual todo va bien porque «los que más tienen más pagan». Eso sí, tras pedir «una carrera en derechos y no en insultos», aclaró que el Gobierno de Madrid es «perjudicial para la salud».

Entre tanto, la cuestión de fondo sigue en pie: los españoles, con derecho a ver, ya están viendo lo que significan y cuestan Warren y su banda.