España

Caso ERE

Objetivo PP: cobrarse la cabeza del presidente

La derecha entierra al líder socialista: «Si mantiene el pacto con Iglesias y no es investido está muerto; si rompe para buscarnos a nosotros, perderá a su militancia»

PP, Ciudadanos y Vox cargaron ayer con dureza contra Pedro Sánchez como respuesta a la sentencia de los ERE, que ha condenado a la plana mayor del socialismo andaluz. Con matices, a lo que apuntan es a la cabeza del líder socialista. La respuesta es la más previsible dentro del actual juego político si se tiene en cuenta que el bloque del centro derecha se vigila y se mira por el rabillo del ojo como primera medida antes de actuar dentro del proceso de ajuste a la nueva etapa de oposición. Si Vox llega a la postura de máximos, es difícil que PP y Cs se queden un paso atrás y más cuando como ahora tienen para morder algo tan tentador como una durísima condena a toda una época del socialismo.

Política de confrontación

PP y Cs comaprtieron un mismo análisis después de las elecciones de abril, sus respectivas direcciones estaban convencidas de que no iba a haber repetición electoral, y a ello ajustaron toda su estrategia. El PP ganó, mientras que la formación naranja, perdió. Ahora la impresión es que el pacto entre Sánchez e Iglesias no va a romperse, y por tanto ya han empezado su política de confrontación. Aunque por lo bajo, fuera del canal oficial, en el principal partido de la oposición admitan que, si esa ruptura se produjese, entonces todo lo dicho hasta ahora quedaría borrado de inmediato porque en esa coyuntura entonces Génova sí consideraría que hay espacio para intentar hablar con Sánchez. Y el PP también sabe que bastaría con que ellos se movieran un milímetro hacia el PSOE para que a su vez lo hiciera Cs. Otra cosa es que descarten, igual que ocurrió con la posibilidad de que hubiera una repetición electoral, que Sánchez vaya a romper su coalición con Iglesias.

La exigencia de que el líder del partido más votado en las últimas elecciones generales renuncie es pirotecnia política, con o sin condena por los ERE, que sirve para que en el bloque del centro derecha se den codazos entre ellos y contenten a su militancia más ortodoxa. A costa de forzar el discurso para debilitar aún más a un Sánchez noqueado por los resultados electorales con la responsabilidad sobre unos hechos, los que afectan al PSOE andaluz, sobre los que no tuvo ni siquiera margen de actuar «in vigilando», como diría Aguirre, y de los que salen muy mal parados aquellos que echaron al actual líder socialista del PSOE por su «no es no» a Rajoy.

Sánchez no se irá y no romperá tampoco con Iglesias, pero los más «veteranos» en política empiezan a oler a sangre. No lo hacen porque la condena de los ERE vaya a violentar el pacto de Sánchez e Iglesias, una vez que ya se ha visto que el líder de Podemos sí acepta tragarse este primer sapo como factura por el ascenso institucional a la Vicepresidencia del Gobierno. Y sí lo hacen porque si a Sánchez no le queda más remedio que romper con Iglesias y girar 180 grados para acordar con el PP, sus bases le abandonarán. Pero si no es investido ahora, estará muerto políticamente. Y aunque los socialistas guarden esta vez un secreto absoluto sobre sus negociaciones de investidura, desde ERC, como peón imprescindible para que le salga la suma a Sánchez, airean estos días por Madrid que son pesimistas y que ya han dejado claro a la otra parte contratante que no pueden facilitar en ningún modo el Gobierno de Sánchez e Iglesias si no hay por medio un compromiso, no hace falta que esté formalizado en un papel, pero sí que conste como tal de que una vez investido se abrirá un proceso de negociación sobre Cataluña. Por supuesto, las palabras esconden muchas veces las trampas, pero a todos les queda claro que esa «negociación» no es para discutir sobre financiación autonómica o competencias, sino para no quedarse atrás con respecto a las exigencias de Puigdemont, Torra y la CUP bajo la presión del clima preelectoral que existe en Cataluña.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, reclamó ayer a Sánchez que asuma su responsabilidad política por la sentencia de los ERE, que condena a cargos socialistas, porque si no quedará inhabilitado para ser presidente del Gobierno. «El PP no hará presidente a Sánchez en ningún caso. Absténganse de presionar. Con Sánchez no vamos a ningún sitio», había dicho el «dos» de los populares tras la noche electoral. Pero ayer no fueron tan directos, aunque sí durísimos en la condena a Sánchez, quizás porque la dirección del PP está aún pendiente de que se resuelvan penalmente todos los flecos de la Gürtel y de los casos de corrupción que afectaron al partido en etapas anteriores. García Egea optó por contraponer lo que decía Sánchez contra Rajoy y durante la moción de censura con lo que dice y hace ahora. Y el mismo guión utilizó contra Iglesias. Cs, sin lastres en los tribunales, sí pidió la dimisión de Sánchez. Y Vox usó la sentencia para apuntar contra todo el socialismo. «La realidad del socialismo, gastarse en droga y burdeles el dinero del pueblo».